El método parte de una serie de materiales, como pueden ser libros, textos, poemas, ilustraciones, cuadros, y otros objetos, que puedan resultar estimulantes como punto de partida y como ejemplos. Estos darán paso a una segunda fase más libre, abierta al juego y a la improvisación, en la que se propondrán una serie de técnicas o instrucciones lúdicas que den lugar a nuestras propias creaciones artísticas.
La escritura creativa vivifica la vida; ayuda a desarrollar el lenguaje, la sensibilidad, la imaginación, la creatividad, la comprensión del mundo y de uno mismo; es ideal también para dilatar el espíritu y ahondar en el alma humana a través de la belleza del puro juego con el lenguaje y el placer del pensamiento.