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La ficción documental como indagación estética

En una entrevista reciente, opinaba Pedro Avellaned (uno de los máximos representantes de la imagen manipulada en España) que si Velázquez o el Goya de la primera etapa hubieran nacido en nuestro siglo, no hubiesen sido pintores, sino fotógrafos. El vídeo y la fotografía son técnicas relativamente jóvenes en el mundo del arte, al menos si se comparan con otros lenguajes plásticos, como la pintura o la escultura, que arrastran siglos de tradición; y si se tiene en cuenta la infinidad de perspectivas inexploradas que abre en este terreno el desarrollo de las nuevas tecnologías.

Así pues, tiene sentido que las últimas indagaciones en el mundo de la estética se muevan por estos derroteros. Y es así -con el interés por el documento videográfico, fotográfico y por la ficción de la performance como novedosos caminos de investigación artística- como nace el ciclo expositivo 'Ficción Documental', un encargo del director artístico del Centro Atlántico de Arte Moderno, Omar Pascual Castillo, a la comisaria Gopi Saradarangani, la primera de cuyas propuestas es esta 'En la punta de la lengua', que llega ahora a El Tanque .

Sus artífices son los artistas canarios Raquel Ponce y Gregorio Viera, quienes muestran bajo este título común sus respectivas propuestas: 'Back' (en el caso de Raquel Ponce), dos vídeo instalaciones, la primera formada por un total de siete grabaciones y una segunda que se complementa con un circuito cerrado de vídeo; y 'Camisetas, pistolas de plástico, trompeta y algunas cosas más', donde Viera presenta tres vídeo instalaciones y una serie de diez fotografías instantáneas de pequeño formato.

Ambas proposiciones tienen en común el hecho de indagar sobre los residuos que deja tras de sí el proceso creativo (empleando como exhaustiva documentación de dicho proceso las técnicas ya citadas), así como sobre el imaginario personal que durante ese periodo de gestación se genera. Se trata, en fin, de una exposición que versa sobre la obra de arte cuando aún no ha sido parida, cuando se encuentra en fase de creación y todavía sólo existe como idea.

De ahí el título de la muestra. Pues no haber engendrado pero saber ya casi lo que se va a alumbrar equivale a utilizar esa socorrida expresión: lo tengo en la punta de la lengua.