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La perfección le quita vida al teatro

Parece que fue ayer y sin embargo han pasado 10 años desde que la compañía Clownbaret subió al escenario del lagunero Blues Bar para sacudir la escena regional de café teatro con su 'Sábado por la mañana del 87 (por ejemplo)...' 

Desde entonces Clownbaret no ha dejado de crecer: han gestionando con éxito su propio festival, el FIC, han producido un documental  y sostienen su propia oferta de cursos mientras siguen llevando la magia del payaso allá donde sea necesaria.

Marta Viera, Guacimara Gil, Víctor Hubara, Eduardo Feria, Marjorit Leal, Sigrid Ojel, o Marcos Ruiz, junto al propio director de la compañía Brian Rodríguez, han sido durante estos años parte de la familia clownbareter que se ha convertido en una de las compañías más queridas en los escenarios canarios.

La próxima semana celebran en el Teatro Leal su décimo aniversario con un par de espectáculos en los que estarán arropados por grandes amigos. Una celebración por todo lo alto en la que además incluyen una exposición y una master class.

Quedamos con Brian Rodríguez, alma máter de esta singular troupe para que echara cuentas con la historia y nos contara cómo van a festejar estos diez años de existencia de Clownbaret.

Lagenda.- 10 años ya de aquel 'Sábado por la mañana’. Tras toda una década, ¿Cómo recuerdas aquellos primeros pasos?

Brian Rodríguez.- Fueron unos momentos muy divertidos, intensos e inciertos, porque al fin y al cabo se trataba de un experimento. Si hay algo que tenga que sacar en claro de aquellos tiempos es que gracias a aquel experimento hemos llegado hasta aquí.

L.- En aquellos momentos no parecía un espectáculo de clown al uso. ¿Lo fue alguna vez?

B.R.- Siempre lo fue. Fíjate que los personajes tienen mucho que ver con el circo clásico: el payaso blanco, el decadente, que todo lo quiere hacer bien pero que siempre le sale fatal; el payaso clásico, más tonto y más tierno; y mi personaje que era el de bufón. Quizá no lo parecía porque desde el principio queríamos dar un giro al clown tradicional. Fue una actualización de los roles en un entorno de café teatro. Me hacía mucha ilusión y mucha gracia tener un payaso blanco en el espectáculo porque es una de las bases del teatro y de la comedia. Después de ‘Sábado por la mañana…’ lo que hicimos fue girar hacia la dirección que creíamos más honesta, la que nos llevó a recuperar la figura del payaso clásico.

L.- Sigue teniendo sentido el payaso clásico en la sociedad actual?

B.R.- Tiene mucho sentido, si no fuera así no trabajaría en esto . Aunque la compañía no se dedique en exclusiva a este tipo de espectáculos, ¿A quién no le gustaría estar haciendo el estúpido durante una hora sin ningún tipo de prejuicio?

Por otra parte existe cierto desconocimiento de lo que es un clown, hay payasitos que no representa la figura del payaso que nosotros defendemos. Digamos que hay diferentes payasos para espacios diferentes; cumpleaños, fiestas infantiles, teatro, circo…

L.- ¿Crees en el poder del tartazo?¿A quién le darías uno?

B.R. Te aseguro que quienes yo considero que se deben llevar un tartazo no lo recibirían. No merecen siquiera que haga el esfuerzo. Prefiero gastar mis energías en algo más provechoso, como disfrutar del tartazo con un compañero cuando se da por complicidad, encima de un escenario.

L.- ¿Qué te dice hoy en día la palabra circo?¿Crees que entre la polémica con los animales y megaproducciones como los circos del sol, el término se ha desvirtuado?

B.R.- He trabajado en el circo clásico, el de carpa, en plan nómada, viviendo en carromatos y trabajando allí. Prefiero y debo defender este tipo de circo. Entiendo el problema con los animales pero defiendo la verdad, la honestidad del espectáculo. Tengo prejuicios hacia el nuevo circo porque es demasiado perfecto. Me gusta ir al circo y creer que el acróbata va a caerse, y reírme con los sketches donde hay errores a propósito. En un circo megaproducido sabes que el malabarista no va a fallar porque no hay margen de error. Echo de menos el más difícil todavía. La pureza y la perfección le quitan vida al teatro.

L.- Suponemos que tus palabras tendrán mucho que ver con la filosofía del Festival Internacional Clownbaret, que sabemos de buena tinta que en 2014 funcionó de maravilla.

B.R.- Después de un tiempo el público confía ciegamente en nuestro criterio como promotores. Al principio tenía, y aún lo sigo teniendo, cierto hándicap para encontrar cabezas de cartel adecuadas al festival. Aunque sigue siendo complicado, la gente ya sabe que cualquier artista que encuentren en el festival no va a defraudar. Este año mucha gente pudo disfrutar del espectáculo de Gardi Hutter, pero no siempre hemos tenido la suerte de tener un éxito similar con actuaciones de profesionales del mismo nivel. Hemos tenido invitados variopintos e incluso llegamos al extremo con Faemino y Cansado.

L.- Hablemos del futuro. La semana que viene, en el Teatro Leal de La Laguna, Clownbaret celebra sus primeros 10 años de vida con un par de espectáculos plagados de grandes colaboradores y hasta con una exposición.

B.R.- He invitado a muchos amigos que están vinculados a la compañía, todos más o menos cercanos. Gente con la que he colaborado de una o de otra forma. Por ejemplo Tosco, que estuvo vendiendo nuestro espectáculo durante un año y es lógico que esté con nosotros ahora. Yiyolo, que prácticamente ha nacido como clown viendo los espectáculos del festival; otro es Juanka, que tiene mucho de payaso, aunque no tiene oportunidad de demostrarlo a menudo, o Totó, que después de nosotros es uno de los mejores payasos de las islas. Son muchos y será una fiesta entre amigos, con la buena fortuna de que además son todos muy buenos artistas.

La exposición estará desde el día 14 hasta el 18 en el hall del Teatro Leal, y en ella la gente podrá ver momentos de nuestra historia como compañía. Hay fotos de cuando fuimos al Sáhara con la Universidad de La Laguna y Payasos Sin Fronteras, o de cuando estuvimos en el Líbano con esta misma ONG. Es una trayectoria donde nos hubiera gustado retratar muchos más momentos y exponerlos.

L.- Suponemos que todo habrá cambiado durante estos años

B.R.- Estos 10 años han sido muy productivos. Me han servido para reafirmarme en mi profesión y en mi dinámica de trabajo. Clownbaret es un proyecto personal por el que han desfilado muchos amigos. Ten en cuenta que diez años dan para mucho y que en aquel entonces no había nada parecido a Clownbaret, aquí fuimos pioneros en los espectáculos dedicados de café teatro. El elenco va variando constantemente y los personajes se disuelven. Se crea el personaje para nuevas personas y cada una muestra aptitudes diferentes.

Parto de los actores, sobre ellos hay que trabajar los personajes. Además he tenido la suerte de contar con grandes colaboradores que incluso se han involucrado más que yo en el proyecto. Por supuesto, también aprendes a funcionar como una empresa. Por cierto, el viernes 16 habrá una master class gratuita de Clownbaret, también en el Teatro Leal de La Laguna.

L.- ¡Oye!, ¡Que eso lo tenía que decir yo!

B.R.- Vale, ¡pues dilo tú!

L.- El viernes 16 habrá una master class gratuita de Clownbaret, también en el Teatro Leal de La Laguna. Gracias Brian y felicidades por esos 10 años haciendo más feliz a la gente.

 

 

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