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“Mis canciones están al servicio de la palabra”

¿Es cierto que nada nuevo puede haber porque el sol sale, da vueltas y se pone todos los días? ¿O todo es nuevo porque el mundo cambia constantemente? Esa es la cuestión. Hombre, Amanhuy, de nuevo por aquí. ¿Sigues actuando la vida? Con 'Gracia', claro.

Cambiamos con el paso del tiempo. Condicionantes externos o cada nueva tecnología revolucionaria modifican nuestra manera de escuchar y de entender la música, la forma en que leemos, cómo pensamos, el modo de comunicarnos... y los discursos artísticos. A Amanhuy, músico más allá de Abubukaka, le sobra atrevimiento para contar sus historias buscando, con descaro, romper con los moldes, hormas que su creatividad no necesita porque no encaja en ellas.

Amanhuy Calayanes (o Cala Yanes, Santa Cruz de Tenerife, 1979) estará representando contra toda lógica su música el jueves 12 de junio, a las 21:00 en el Aguere Espacio Cultural, donde tendrá la oportunidad de hacer una performance de su nuevo trabajo discográfico, 'Gracia' (2014).

LAGENDA.- ¿Por gracia de quién o qué ha sido posible este trabajo discográfico?

AMANHUY CALAYANES.- Pues principalmente por ‘Gracia’ mía; mis padres habrán tenido algo que ver por parirme y aguantarme; quizá mi hermana que varias dosis de lata recibe de mi parte; puede que María Acosta Martín por también aguantarme y, sobre todo, hacer la portada, contraportada, libreto,... y por supuesto Daniel Badal, que mezcló y masterizó el disco en liquen.audio. Pero por lo demás, es ‘Gracia’ mía. Bueno, tengo que admitir que para la presentación contaré con Frigol, Véctor Álvarez, Mónica Viñoly y David Georgiou, que son todos muy buena gente, pero que quede claro: la ‘Gracia’ me pertenece.

L.- Todo artista crea con alguna finalidad. ¿Cuál es la de 'Gracia'?

A. C.- Pues supongo que comunicarme, expresar distintas cosas que se me ocurren y esperar que las reciban para provecho o, al menos, jolgorio. La verdad es que la canción es un vehículo expresivo que siempre me ha interesado, hablo de la canción a la que nos tienen acostumbrados las radios, las televisiones, los youtubes,... En este formato de entre 3 y 5 minutos, usualmente rimado y usualmente musicado, me suele resultar muy atractivo contar alguna historia, transmitir ideas, sensaciones,…

L.- Este disco va mucho más allá del término inclasificable, si se quiere dar una descripción de él. Es único, una rara avis, muy diferente a todo lo que circula por ahí, desde lo comercial hasta lo indie, pero también en él hay muchas cosas reconocibles. ¿No tiene nada y lo tiene todo?

A. C.- Que no tenga nada no te lo puedo discutir, para mí sí, pero para el resto no sé. Que lo tenga todo sí te lo puedo refutar, porque te aseguro que no. Es verdad que es muy variado, que no se acoge a ningún estilo en particular. Supongo que contiene muchos ingredientes que he cosechado a lo largo de mi trayectoria musical o no musical, y como tengo mucha memoria pues no se me van de la cabeza ciertos episodios que me invitan a hacer tangos, baladas o grunge. A partir de ahí, pues lo que tienen en común es que todas están al servicio de la palabra, escribo letras y después elijo la música que considero que más las favorece. Total, que tardé en escribir las letras dos años y después lo grabé en tres meses.

L.- En este trabajo destaca, sin restarle importancia, la letra por encima de la música, y más que la letra, las palabras. Con ellas juegas, las rompes, las desgranas, toman el poder en algunos temas... en muchas ocasiones pierden su lógica pero no su significado...

A. C.- Es el segundo disco que se mezcla en liquen.audio y tanto con este como con el anterior Badal me ha dedicado imprecaciones por cómo estaba grabada la guitarra de acompañamiento o cómo quería la mezcla de esta o aquella canción. Al final de la mezcla de ‘Gracia’ resolvió siempre poner la voz por delante de la música, pero bastante por delante, y todos quedamos en paz. Cuento esto porque creo que habla de que en ‘Gracia’ las palabras mandan, ni siquiera los discursos o metáforas, sino las palabras y, claro, la música sufre por ello daños colaterales. Pero en todo caso considero que quedó resueltita, al menos a mí me gusta.

L.- Ya que que en el proceso creativo primero va la letra y luego la música, ¿cómo decidiste que 'Espacio' tuviera ritmo de tango, por ejemplo?

A. C.- ¿Por qué ‘Espacio’ es un tango? Hice una letra sobre arquitectura, sobre labores de aparejadores, y circula una teoría por ahí -entre Bajamar y la Finca España, pasando por San Benito- que defiende que los espacios son diseñados para que en ellos los humanos puedan desplegar toda su sensualidad, son cocinas amorosas, escaleras traviesas y fachadas erectas. Por esto creí que un tango es lo que mejor reforzaba ese cariz pasional.

L.- Se aprecia una abierta intención de ir contra los cánones y lo establecido. ¿Cuánto tiempo te ha llevado hacer 'Gracia'? ¿Hubo temas que quedaron fuera en este proceso de deconstrucción? ¿Por qué?

A. C.- En total dos años y medio. Me gusta hacer discos de diez u once canciones, como es el caso de ‘Gracia’ y, sí, alguna canción o idea o boceto quedó descartada durante el proceso. A veces por no insistir sobre un mismo tema, a veces porque musicalmente no me terminaba de convencer y a veces por falta de lucidez o, directamente, por pereza. Pero las ideas están apuntadas y ya las resolveré, como tengo en mente ir a por el tercer disco pues…

L.- ¿Cuántos momentos, situaciones, tuyas y ajenas, hay encerrados en cada una de las canciones?

A. C.- Son todas construcciones, ficciones, mentiras,… perpetradas para evocar sensaciones o proponer puntos de vista. Es verdad que muchas están salpicadas de hechos hermanados con la realidad, pero recortados y pegados a mi antojo, lo cual genera que hable de cosas que me han pasado o ideas que me rondan comúnmente pero presentadas a modo de collage.

L.- “La culpa es del que vota por votar sin saber / la culpa es del poder / que siempre miente siempre miente / la culpa es del que no protesta por dejadez". ¿Pueden los artistas hoy en día dejar de reflejar en su trabajo la realidad que le rodea o es una obligación moral?

A. C.- Pues esta canción viene a proponer algo tan sencillo como que no creo que sea productivo buscar culpables sin reparar en que algo de culpa tendremos cada uno. Con la crisis he visto que los que salen por la tele nos culpabilizan de haber vivido por encima de nuestras posibilidades y que los que se quejan por el Facebook culpabilizan a los otros de corruptos. Creo que esta crisis tiene tanto que ver con la ética y con el ánimo social como con la economía, y aquí se hallará mi obligación moral como artista, pero también es verdad que me hacía mucha ‘Gracia’ culpabilizarlo todo, desde la falta de sexo hasta el cambio horario. Por eso se llama ‘La culpa’, como si de un pasaje bíblico se tratara, y le puse música folk norteamericana porque todos bailamos en parte el Tajaraste del Tío Sam.

L.- Hay un gran componente de humor negro en este trabajo. ¿Eres de los que prefieren que se rían de ti o contigo?

A. C.- Pues siempre pretendo que se rían conmigo, pero más de un insensible se ríe de mí. En general la pretensión es que pasen un buen rato y esto, siendo yo un chico ambicioso, lo pretendo conseguir no solo a través de la risa, aunque si alguno solo quiere reír pues también es bienvenido.

L.- ¿En qué estado emocional debe ir el público a tu concierto?

A. C.- Nublado con lluvias intermitentes. No me interesa condicionarlos, para nada, algo es inevitable porque lo que he dicho condicionará, pero dentro de los márgenes de libertad aceptados, prefiero que vayan, como se dice, libres, totalmente libres.

L.- Eres actor, músico, escritor... en este mundo global e interrelacionado, ¿de qué manera evitas que una faceta se coma a la otra y convivan en armonía?

A. C.- No lo evito, se comen a cada momento. Para hacer ‘Gracia’ me pasaron la cartilla de racionamiento y consumaba las canciones en los huecos que me dejaba el teatro, de hecho, hubo simbiosis, alguna canción del disco fue probada en actuaciones de Abubukaka y, evidentemente, en el disco hay muchas abubukakadas. Supongo que esa es a la armonía a la que he llegado. Y lo de escribir es distinto porque, por una parte, no tengo en mente sacar ningún grueso volumen y, por otra, porque tanto para las canciones como para Abubukaka escribo bastante, por lo que ese apetito lo tengo satisfecho.

L.- ¿Habrá más presentaciones después del jueves en el Aguere?

A. C.- Espero que sí, encontraré hueco seguro, siempre termino buscándome lío porque soy un culo inquieto. Por lo pronto algo ya suena para julio, pero bueno… todavía no lo sé.