El viernes fui a Tejina a ver “Mar”, de Zalata Teatro. Al volver haré la crónica para Lagenda. El sábado por la mañana fui de pateo al “bosque encantado”, por Anaga, con quince o veinte personas más (con la autorización del Cabildo). El sábado por la tarde estuve medio muerto tirado por casa. El domingo toca huerta, que está abandonadita y requiere de cuidados intensivos. Tal vez también baje a la playa del Socorro.
Dicho todo eso, les contaré mis sensaciones en anteriores MUECA.
Gente, mucha gente por las calles. Me siento como llevado por las masas. Siento también que no sé qué quiero ver. No suelo tener tiempo para leer con antelación noticias sobre cada uno de los espectáculos, así que voy como perdido. Luego está lo de encontrar un buen lugar para ver bien las actuaciones. Difícil, si no llegas con una hora de antelación y aguantas estoicamente la espera. Eso, a la contra. No sé si pueden reservarse entradas para los espectáculos en recintos. No recuerdo. En MUECA siempre he ido improvisando sobre la marcha.
La calle es un estallido de sugerencias. De color. De caras sonrientes. También he visto muy buenos espectáculos. Excelentes. De hecho, este año también los habrá. Seguro. Y te encuentras con amigos, y comes, y tomas unas cañas, y disfrutas del sol, de la temperatura… También es una buena ocasión para, si tienes hijas/os, que vean espectáculos muy coloristas y entretenidos. Eso, a favor.
Así es mi MUECA. También es la demostración palpable de que la cultura es capaz de generarmucha riqueza. Intelectual y material.
Cuando llega MUECA siempre recuerdo la “FIRA DE TEATRE DE TÀRREGA”. Ahí se nutren los programadores y programadoras de espectáculos para eventos como MUECA. Ahí sí iba con un listado de espectáculo que quería ver. Llevaba la lección bien aprendida. Más oferta, más específica, más pensada para un público concreto. Igual de festiva, igual de animada, igual de llena de gente que MUECA, y más amplio el repertorio de visitantes: un bestiario digno de estudio sociológico. Tampoco voy ya a la FIRA DE TEATRE DE TÀRREGA.
Cuando llega MUECA recuerdo que me gusta el teatro. Desde siempre. Cuando llega MUECA recuerdo que debo ahorrar si quiero viajar este año para ver algunas obras en carteleras que intuya puedan emocionarme. A veces lo consiguen, otras no. Porque el teatro es como la vida: se alternan las luces y las sombras. Y al final, siempre baja el telón.
¡Vayan a MUECA! Se divertirán. Salvo que les apetezca algo que les puede hacer más felices. Yaun así: “no todo va a ser follar” como canta Krahe.