“Todo placer quiere eternidad” F.Nietzsche Así habló Zaratrusta’. Una de las características más señaladas de las sociedades (pos)modernas es la del obsesivo culto al aniversario. La necesidad de celebración del cumplimiento de cualquier periodo regular es un gesto desesperado de autoafirmación y, sobre todo, de imposible asimiento de esa bestia intratable que se llama tiempo.
En febrero de 2002, las Torres Gemelas acababan de caer y At The Drive In hacía ya unos meses que habían anunciado su separación, tras el insostenible ascenso de la banda que hizo incluso más que los Strokes por perfilar la estética y una buena parte de la música de la década que se estaba estrenando. Como en todo comienzo de algo: el nervioso desasosiego de la esperanza y la novedad. Signos.
En Tenerife y Canarias, en los inicios de una efervescencia cultural, abrigada por los tiempos de bonanza económica, y que ha terminado por cristalizar en el último par de años (es ahora cuando de verdad somos libres, que le den al logo oficial de turno) las sensaciones eran las mismas. Una especie de ¿y ahora qué? Como la del manifestante cuando ve que los tanques abandonan la plaza. En este caso los tanques eran años de ejercer la cultura contemporánea desde el puesto de francotirador, la inevitable sensación de soledad, la lucha eterna contra el “canon” insular: desde la virginidad logístico-organizativa al propio “establishment” creador oficial (ese insoportable grupo de pop-rock, aquel petulante escultor local, el dueño de la discoteca pretendidamente “moderna”…)
Pues en ese ¿y ahora qué? aparecieron unos tipos con las ideas bastante claras -si no, no tendríamos esta celebración- y se convirtieron (junto a otros) en juglares del fin de una edad relativamente oscura. Y ahora, en la tiniebla de la noche de la infraestructura pero en medio de la brillante luz de la superestructura (yo me eduqué con Marx, entre otros, y no me arrepiento) bien vale la celebración del uno que se suma al “siphr” o “zero” que es la nada. Y encima, At The Drive In acaban de anunciar su regreso. Descorchen botellas.
Escucha recomendada para la lectura: At The Drive In “One Armed Scissor”