“UN LÍO PADRE”. Compañía Doble M.
Teatro de Tacoronte. Sábado 11 abril.
Jordi Solsona
Casi lleno en la sala para ver a esta nueva compañía. Enorme mérito si tenemos en cuenta que estaba emparedada entre dos partidos de fútbol de esos que siguen buena parte de la humanidad a estas alturas de la liga.
Escrita por Zebensui Felipe y dirigida por Nacho Almenar, me encontré con unexcelente texto y una elegante dirección. Así, tres cuartas partes del trabajo estaban hechas. La guinda del pastel la pone Adrián Rosales, en un papel de esos que cualquier actor agradece. Adrián lo borda. Se sale, vamos. El propio Zebensui no le anda a la zaga, sus réplicas resultaron convincentes y a la altura. Y Santi López sostiene muy bien el tipo en el papel de “malo de la película”. Ocurre que el registro de voz de los dos últimos es muy bajo y en ocasiones no llegaba a escuchar sus frases. Nada que no se pueda solventar a partir de este estreno.
“Un lío padre” es una comedia actual, reflejo de nuestro tiempo. Hecha por hombres para que aprendamos los hombres. Qué calamidad que somos algunos. No sé cómo las mujeres nos soportan. Pero es que sí, somos tal cual. Inseguros, prepotentes, ingenuos, trogloditas, gallos de pelea, paranoicos… Patéticos, vamos. Todo eso cuenta la comedia. Y aún así, ellas nos aguantan y nos aceptan como pulpos, digo, como padres/animal de compañía. Ellas nos eligen, ellas saben más. Otro mérito de la pieza es que huye de los tópicos pero los nombra todos, porque son necesarios para explicar los tics universales del padre en nuestra sociedad desnaturalizada. Ese saber hacer del dramaturgo el espectador lo agradece sobremanera porque nunca asoma la vulgaridad.
La paternidad es uno de los hechos trascendentes en la vida de cualquier humano varón. Y hay tantas formas de tomársela como personas existen. Zebensui ha sabido resumir a la perfección el rol masculino ante este hecho vital. Y claro, al mirarnos en el espejo nos reímos. Vaya si nos reímos. Pero no es sencillo conseguir la sonrisa del público, para ello la dramaturgia contiene los elementos básicos de la comedia: ritmo, esperpento, anticipación, reiteración, talento, sentido de humor, y una expresividad histriónica de gran impacto. Nos gusta reírnos de nosotros mismos, sí, pero deben contarnos una buena historia, como es el caso. Ellas nos ven tal cual y ríen. Nosotros nos sentimos pillados y sonreímos también. Sí, Zebensui, somos así, qué bien nos retratas.
Nacho Almenar dirige al grupo con solvencia, plantea una escenografía con el sello dela casa: minimalista, elegante y funcional. Ha sabido imprimir carácter a los personajes y viviseccionar los tipismos para mostrarnos sus instintos más elementales. Desde el oficio de director ha sabido caracterizar en gestos y registros la vis cómica de cada escena y ofrecernos un producto impecable, milimétrico y lleno de chispa, que hace que soltemos sonrisas y carcajadas a cada rato.
Adrián se enfrentaba al reto de sobreponerse al corsé de sus apariciones televisivas de máxima audiencia. Y lo superó. Es un clown en toda regla que ejerce su profesión con el máximo respeto hacia este arte tan difícil de hacer creíble un personaje que se mueve en los registros del humor. Soberbio trabajo. Sus compañeros de reparto le facilitan la labor y entre todos dejan entrever que hay empatía y muy buen feeling en el grupo. Felicidades. El espectáculo lo agradece.
Esta nueva compañía nos demuestra que es posible hacer reír con un humor inteligente, que educa, que va más allá del mero entretenimiento. Por eso les auguro muchos llenos en sus próximos bolos. Es una obra que merece el aplauso y el favor del boca a boca que, a buen seguro, reportará una calurosa acogida en un territorio ávido de espectáculos que aglutinen entretenimiento e inteligencia.
Vayan a ver “Un lío padre”, les garantizo una hora y algo de la mejor receta contra lavulgaridad y el declive que nos invade. Ah, y por favor, no se hagan policías, ni se les ocurra opositar a ningún cuerpo de seguridad, son gente que obedece porque no sabe pensar por sí misma.