“Los Estados Partes reconocen el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes”.
Así de contundente dice la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) aprobada por Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989 en Nueva York, en su artículo 31, que nuestros hijos tienen tanto derecho a la diversión como al aprendizaje de la escritura y la lectura porque en su mundo, en la infancia, tiene igual importancia un aspecto como otro. Los centros escolares –de infantil, primaria y secundaria- son los sistemas educativos mediante los que la administración Pública, y también la iniciativa privada, proporciona a los menores una formación adecuada.
Pero ¿y para el tiempo de ocio? ¿Tenemos garantías de que los servicios como ludotecas y otros establecimientos que ofrecen entretenimiento para el tiempo libre de nuestros hijos cuentan con personal y un espacio cualificado? Pues, debido la importancia que estos recursos tienen en la actualidad no solo para mejorar “el proceso de maduración de los menores” sino, principalmente, de cara a facilitar la conciliación de la vida familiar y laboral, el Gobierno de Canarias ha elaborado un Proyecto de decreto por el que se regulan las ludotecas, los centros de ocio infantil y los espacios de actividades infantiles no convencionales en la comunidad autónoma.
Todavía en fase de exposición pública –se espera que entre en vigor en el mes de junio-, esta normativa da respuesta a una 'vieja' denuncia de los profesionales de la educación infantil, que desde hace años demandan una regulación para lo que denominan 'guarderías pirata' o clandestinas que ofrecen a muchas familias servicios para los que no están cualificados ni homologados.
Así, con este decreto, se establece legalmente “una clara diferencia entre lo que es un centro de educación infantil y lo que es un centro de ocio”, es decir, hace una distinción entre el trabajo y el juego, explica Marina Amador Pérez, presidenta de la Asociación de Centros Infantiles Privados de Tenerife (Acinte), quien recuerda que esta cuestión está ya reglamentada en “la mayoría la comunidades autónomas” del país excepto en Canarias, una cuestión que, enfatiza, “es lógica”. La convivencia de todos dentro de un “circuito social, educativo y laboral”, a juicio de la representante del sector de la educación, es posible siempre y cuando “esté regulado y todos cumplan con los mismos requisitos”.
Marina Amador precisa que las escuelas de educación infantil ya cuentan desde el año 2008 con un decreto propio (20-01/2008 de 30 de septiembre, cuyo plazo vence en agosto de este año y tendrá que ser renovado) que regula el funcionamiento de los centros dedicados a la educación de niños con edades comprendidas entre 0 y 3 años. “Las empresas que nos dedicamos a la educación tenemos que cumplir una serie de requisitos y después estos centros están cogiendo niños (como guarderías) sin tener ni métodos ni profesionales ni nada”, denuncia la presidenta de Acinte al tiempo que argumenta que “primero que nada hay que defender a los niños”.
La protección de la infancia es una garantía del futuro, razón por la cual el Gobierno de Canarias, que posee las competencias al respecto a través de la Ley 1/1997, de 7 de febrero, de atención integral a los menores, ha decidido actuar en esta cuestión estableciendo “en una norma única, una regulación integral” para aquellos espacios que ofrecen “actividades de ocio y tiempo libre” a los niños, ya sean ludotecas (públicas y privadas) así como los establecimientos de celebraciones de cumpleaños, etc., de tal manera que tanto los padres como los propios menores tengan una garantía profesional y legal de funcionamiento.
Y es que el recreo es el principal instrumento con el que los niños cuentan para lograr un desarrollo integral. Así es como técnicamente se denomina a la forma de aprender y poner en práctica habilidades que no se cultivan, por ejemplo, en una clase de matemáticas, como es del desarrollo de la imaginación, el psicomotor, debatir, razonar, mejorar destrezas y, sobre todo, conocerse mejor a sí mismos y a los demás. Por tanto, es un asunto muy serio.
El Proyecto de decreto por el que se regulan las ludotecas, los centros de ocio infantil y los espacios de actividades infantiles no convencionales en la comunidad autónoma de Canarias no solo describe y diferencia la actividad socioeducativa y el ámbito de actuación de ludotecas, centros de ocio infantil (lugares de celebración de cumpleaños y fiestas o parques temáticos de entretenimiento familiar) espacios de actividades infantiles no convencionales (como ferias, eventos lúdico-recreativos, festejos populares, etc. que se tienen lugar en momentos puntuales), sino también determina el perfil de los usuarios (establece, por ejemplo, que los menores de tres años deben ir acompañados siempre por un adulto).
No menos importante son los apartados que dedica a la cualificación del personal responsable, el horario (no lectivo) y los recursos con los que dispone; así como al régimen de acreditación y registro de los centros, esto es, la homologación, documentación exigida y las inspecciones, cuyas competencias corresponderán a los ayuntamientos, según el decreto; además de las condiciones de ubicación, requisitos de espacios, instalaciones y medidas higiénico-sanitarias para el correcto disfrute de los menores.
Una vez entre en vigor, esta normativa afectará no solo a los centros existentes, que deberán adaptarse a los requerimientos, sino también a los de nueva apertura, cuyas características tendrán que estar en consonancia con esta norma.
Marina Amador, presidenta de Acinte, incide en la importancia de “ayudar a las familias” para que puedan facilitar a los niños un desarrollo integral que incluya tanto la educación como el juego. En este sentido, apela no solo a que los espacios y profesionales que se encarguen de ello sean autorizados, sino también a que el Ejecutivo autónomo facilite a los padres las ayudas suficientes para que puedan acceder a ellos, teniendo en cuenta que la mayoría son de titularidad privada. “Queremos que todos los niños de Canarias tengan el derecho de estar en un centro de educación infantil, que reciban una educación durante el periodo en que sus padres estén trabajando, o estén en el paro, o estén haciendo un curso o porque están mejor en un centro que en su casa debido a las condiciones sociales de este momento”.
Pueden consultar el proyecto de decreto regulador de centros infantiles en Canarias en la siguiente dirección:http://www.gobcan.es/opencms8/export/sites/ccdpsv/portal/.content/PDF/entramite/BORRADOR_DECRETO_DE_LUDOTECAS_xINFORMACIxN_PxBLICAx.pdf
Artículo: Garcialcuadrado
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