Todavía bajo los efectos del Keroxen acudí a ver a Extremoduro, aprovechando que estábamos invitados por José Ignacio Cantera, batería del grupo extremeño (gran batería), y disfrutar de este concierto. Aunque eso sí, adelanto que no soy muy seguidor de la banda, que no había escuchado desde aquel lejano ‘Agila’.
Antes de empezar con esta crónica, decir que me llamó la atención el poco despliegue de medios en el exterior del recinto, totalmente a oscuras, dando una imagen poco acorde con el espectáculo a presenciar. En fin, una vez dicho esto, accedimos al recinto donde cerca de 5000 personas esperaban pacientemente el comienzo del concierto.
De Extremoduro una cosa está clara, es una banda grande, sus conciertos no fallan. Con una puesta en escena perfecta, el momento del comienzo ‘a lo Kiss’ con esa simulación de puerto, contenedores, detrás del cual apareció la banda, iba aumentando la catarsis de la parroquia allí congregada.
Con un sonido perfecto, empezaron los acordes de ‘Platero y Tu’, tema elegido para ambientar los instantes previos, empezando así un show anticipado por el momento contenedor ya comentado antes. Después del saludo de Robe, comenzó el espectáculo tirando de clásicos, para luego centrarse en temas no tan conocidos. En general fue un concierto hecho para no fallar, ya que en el set list iban intercalando los hits más clásicos del grupo, siempre manteniendo la intensidad. Eché en falta ‘So payaso’, la cual pensé que tocarían en los bises pero no fue así. Luego, hablando con José Ignacio, comentaba que la habían tocado el día antes y que siempre cambiaban el repertorio, eso sí, manteniendo las canciones que todo el mundo pide, y que ya son parte de la historia del rock español.
Anécdota del concierto fue la caída del teclado, pero lo que en directo pareció un accidente no fue tal. Nos confirmaron que es algo que suelen hacer a menudo, y que no ocurrió el día anterior en Las Palmas. Parece ser que Robe se envalentonó para la ocasión y se atrevió con esta especie de guiño al caos.
3 horas de concierto, con descanso incluido de 20 minuntos, en el que Extremoduro demostró su poder de convocatoria, y también porqué es uno de los pocos grupos con los que se puede hacer el esfuerzo y riesgo de traerlos a Canarias, no defraudan en ningún aspecto.
40 conciertos después, Extremoduro despidió la gira española en Tenerife, despidiéndose con todo el equipo técnico en el escenario, agradeciendo el titánico esfuerzo realizado, (muchos apenas habían dormido ya que habían venido en el barco desde Las Palmas).
Ahora toca gira por Sudamerica donde seguro que van a triunfar, tal y como lo han hecho en estos 40 grandes conciertos, y lo dicho hay Extremoduro para rato, Extremoduro, dura y dura y dura..
Crónica del Concierto de Extremoduro | 8 de noviembre de 2014 | Dársena Pesquera de Santa Cruz de Tenerife
Texto enviado por Alejandro Padrón Casañas
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