Como redactor de Lagenda no suelo hacer concesiones a los grupos tributo, así en general, y no porque no me gusten, ya me gustaría. Pero ocurre que en la redacción tenemos muchos amigos embarcados en esta aventura del homenaje a los que seguimos con cariño desde hace tiempo y a los que nos encanta y nos encantaría seguir reseñando en estas páginas. Todos tributos solventes que con toda su buena voluntad homenajean a sus héroes, ya sea a sus Héroes del Silencio, o a Bob Marley, a Mecano, a Luz Casal, a Police, a Fito y Fitipaldis, a U2, a Pink Floyd a Dire Straits, a The Beatles y a muchos otros, [consulte Lagenda]… en fin, grupos locales que con ahínco se aprenden las canciones de todos esos grupos que les gustan a ustedes y que ofrecen en directo para el delirio de viejos roqueros y con suerte de jóvenes, y en potencia nuevos y futuros seguidores de la música en vivo o de algunos de estos grupos homenajeados a los que no podrán ver en directo en su vida. Esa es la esperanza que me queda y que los miembros de estas bandas no deberían de perder nunca de vista.
Ustedes que son de salir por ahí habrán visto alguno, bueno, seguramente más de uno porque los hay a casco porro, cada vez en mayor número. A estas alturas existen productoras nacionales específicas de este género como Tinglados (quienes dicen orgullosos en su web que se dedican a esto desde 1985) o La factoría del show que ofrecen tributos tan dispares como Bisbal, Iron Maiden, Pablo Alborán o Julio Iglesias. ¿Pablo Alborán?, ¿en serio?… incluso hay artistas freelance que hacen sus tributos respectivos a David Gueta o Steve Aoki y festivales como ‘Masters of rock’ y 'Gods of metal' que sólo se dedican a este mercado... de la nostalgia, dirán algunos, de las marcas blancas dirán otros… Sobre esto mejor no tener una opinión demasiado radical porque al fin y al cabo esta es una forma tan buena como otra de hacer caja, bueno a mi entender un poco caradura sí que es, aunque las hemos visto peores. Recuerden que esto de la industria de la música es un negocio.
Hay establecimientos que prácticamente sólo ofertan este tipo de conciertos y una buena parte del sector de la música en vivo se está profesionalizando en esta línea. De esta forma estamos convirtiendo a grandes músicos con grandes posibilidades creativas en simples ejecutantes y a los artistas homenajeados en carne de verbena. A eso hemos llegado ya. No exagero.
Esto no es una moda, las bandas tributo han venido para quedarse, ustedes lo han querido así. Y aunque siempre las ha habido, - recuerden que el Dúo Dinámico, los Stones, o The Beatles también hacían sus versiones de otros artistas - este género de copia a tu ídolo y gana dinero no siempre es un negocio ventajoso, además de ser cansado y tedioso para el propio músico. Pónganse en el pellejo de este tipo e imaginen que día tras día, concierto tras concierto te sientas obligado a recrear sobre un escenario y con tu mejor cara, las canciones de tu artista favorito, que por cierto no eres tú mismo. En esta tesitura comprenderán que es triste y difícil no llegar a odiar a tus propios héroes.
Hay bandas tributos que llenan estadios y que giran por todo el planeta como Dios salve a la Reina, tributo argentino a Queen, que ya ha estado por Tenerife y que volveremos a ver a finales de este 2017 por estas tierras. O Letz Zep que han vuelto este año por la isla a rendir homenaje a los Zeppelin… Hay incluso bandas tributo que cobran más que los propios homenajeados y algunos conciertos con entradas tanto o más caras que las que ofrecen los artistas originales.
¿Es necesario hacer música de otros para triunfar? No siempre es así. Hay homenajes que llegan de manos de estrellas mediáticas consolidadas, como el espectáculo que Manel Fuentes dedica a Bruce Springsteen y que no parece responder a una necesidad económica y sí a una pasión u obsesión por el artista. En esta misma línea, los chicos del grupo de hardcore canadiense Cancer Bats, quienes ya han venido a Tenerife con su espectacular repertorio, regresan este sábado a La Laguna, sí, el mismo día que la fiesta de la música y lo harán en su formato Bat Sabbath. Lo han adivinado, es un tributo a Black Sabbath, y además un proyecto paralelo con el que recorren el planeta desintoxicándose de alguna manera de sus propias composiciones.
Liam Cormier y Scott Middleton fundaban Cancer Bats allá por 2004, un grupo que buscaba inspiración en buenas influencias como Refused, Black Flag, Led Zeppelin y Down entre otros. Andrew McCraken y Mike Peterson se unieron al proyecto y grabaron el formidable Birthing the Giant en 2006. Con Jaye R. Schwarzer en sus filas desde 2007 han grabado 4 álbumes más y con esta formación los veremos nuevamente en Aguere Cultural, esta vez junto a una de las bandas más prometedoras de nuestro entorno local, Dead Crooners, que por cierto y a pesar de su sugerente nombre no son un grupo tributo, aunque se merecen muchos.