Si hay algo agradecido en esto de escuchar con atención y hablar sobre los trabajos discográficos que llegan a la redacción, es la sorpresa que uno se lleva cuando recibes un disco que a priori parece tener poco interés y descubrir que es una auténtica joya.
Este 'caraAcara B' de Ida Susal, proyecto de Julia Botanz, llegó como uno más de los muchos discos de este verano y sin hacer demasiado ruido se ha transformado en una de las propuestas más interesantes de cuantas nos han llegado.
Quizá porque ofrece un plus de personalidad en un estilo ya de por sí tan desgastado como las músicas mestizas, desde la primera escucha sabemos que la intencionalidad del disco está más que pensada y repensada. Un ambiente acústico, casi folk, envuelve casi toda la obra y la instrumentación que desfila por este trabajo es tan anecdótica como específica y cuadra en cada momento con la intencionalidad de cada tema. De la misma forma, sus letras, que combinan ese genio combativo con vivencias personales, ignoramos si reales o no, y que dejan bien clara su postura frente a la vida y los problemas sociales, se ven claramente reflejadas en un cantar esperanzado que nos llega de manera familiar y cercana, casi naïf.
Así que desde la primera e intimista 'Sentidos' ya nos conquista, nos abruma y atormenta con una sucesión de canciones para enmarcar. La impresionante 'Luz' contrasta en su dureza con temas más o menos punzantes como 'Capitulito'. Valses de otro tiempo, como el pegadizo 'Podemos' o la ranchera casi cajún 'Iguales', con voces invitadas. Otros estilos como el swing en la divertida 'Técnicas' o variaciones latinas que encontramos en 'Puede ser' , 'Gosadera' o incluso en 'Lugar Lunar' demuestran ya no solo la variedad de géneros de los que Ida Susal se sirve para dar rienda suelta a sus canciones, sino también de su capacidad de adaptación a cualquiera de ellos.
Aún así todo tiene un sentido bastante pop y un concepto musical bien definido, fácil de escuchar y que siempre invita a moverse. 'Raíces', 'Mamihlapinatapai', 'Medio lleno' o el bonustrack 'Contratiempo' marcan, como el resto del repertorio, esa diferencia que convierte cualquier canción hecha con cariño en un despampanante hit.