Sin duda la noticia de la edición de este disco es una celebración compartida. Por un lado el hecho del lanzamiento de un nuevo trabajo que se suma a la ingente producción canaria de este 2018 y por otro el nacimiento de un nuevo sello discográfico, Discos Delejos al que deseamos toda la suerte del mundo en esta aventura editorial cuyos éxitos esperamos compartir durante muchísimo tiempo.
En la senda marcada por Fajardo y con influencias de Abbey, Thoreau, Violeta Parra, y no sabemos si buscadas, también de clásicos de la canción canaria de autor, se mueve este 'Arico', primer trabajo homónimo del proyecto del artista grancanario Diego Ramírez.
Un trabajo que también nos recuerda que vivimos un momento de oro para proyectos unipersonales en los que el intimismo, la necesidad de contar y la autosuficiencia, sobre todo a través del folk, se han vuelto indispensables durante los últimos años de lo que podríamos definir tosca e irónicamente como industria del indie. En paralelo y en divergencia con la malograda figura del cantautor reivindicativo, Arico se mueve sin embargo entre esos dos mundos buscando o evitando permanecer en ellos el tiempo suficiente como para poder encasillarlo.
'Me vuelvo hoy' abre con soltura un disco lleno de sugerente folk en el que la sencillez no está reñida con el talento, más bien todo lo contrario. Un tema de auto castigo que podría servir como tema de autoayuda para no pocos sufridores. E n'La Playa del Cabrón' se evidencia el bucolismo implícito en este intenso disco de debut así como el valor de unas letras en las que Ramírez admite su pasión por la naturaleza, y que en 'La Palmera' despiertan aromas a monte y playa, pueblo y terruño, al igual que en 'Llévame contigo', interludio saltarín que ofrece una vertiente quizá menos folclórica pero con una épica indiscutible, donde proclama su amor por el mundo rural. La divertida y corta 'Qué fruta es' sirve de amena introducción a otro de los grandes temas de este trabajo, 'Islas', una canción con aires canarios y sabores irlandeses en los que fluye con frescura el concepto de identidad, canaria, claro, y el polimorfismo de un folclore que, ojo, sólo en casos como este, podría definirse correctamente con el tan mal usado término de músicas del mundo. 'Estoy Contento' es serena, necesaria, cargada de actitud, de final ruidoso y denso, una canción de una potencia abismal cargada de simbología que se ve complementada por 'La playa no es solo para el verano'. Ambos temas guardan una cadencia de postrock orgánico y arrastrado y contrastan con el final de este trabajo que nos lleva de vuelta al lado bucólico de Arico, y que ofrece en su tema de despedida, 'Muerde el barro', nuevas y potentes imágenes líricas, suponemos que de corte metafórico.