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“El lado más peligroso del nacionalismo es que a él va indisolublemente unido el odio hacia el Otro. La dosis de ese odio puede variar pero su concurrencia es segura” R. Kapuscinski ‘Encuentro con el Otro’

Hace unos meses se me ocurrió verter la opinión que tengo sobre conceptos como el nacionalismo. En aquella ocasión propuse disfrazarme de godo en carnavales para intentar suavizar las intencionadas tensiones editorialistas, hábilmente manejadas a dedo por la burguesía canaria, siempre tan unida en su destino histórico-universal a otra de las grandes oligarquías ineptas, incultas y esquilmadoras de cualquier futuro, como es la hispanoamericana (se podría establecer un fácil nexo entre determinados arrebatos secesionistas en nuestras perlas verdes con lugares que, repentinamente, han descubierto las ‘bondades’ del separatismo, como es el caso del departamento de Santa Cruz en Bolivia, gran montaje ideológico para evitar que un indio iluminado metido a presidente mame más que un criollo acostumbrado a jugar a pseudoempresario terrateniente). 
La cuestión vuelve a estar de moda por varios hechos recientes en forma de megamix geopolítico global: la ‘roja’, el Estatut y Kosovo. Todo esto, por cierto, profusamente recogido y manipulado por nuestra derecha española que vuelve a incurrir en una de sus más lamentables contradicciones: compaginar sin rubor una cerrada defensa del libre mercado como modelo económico y vital junto a un trasnochado nacionalismo cerrado y patriotero. Un espectáculo casi tan ridículo como ver al totorota de bermudas en un mitin del Tea Party en Arizona, con la bandera americana y una pancarta que pone: “Los latinos rebajan nuestro sueldo” ¡Es que en ESO consiste la economía de libre mercado, idiota!  
Con respecto a la roja, ya había escrito algo cuando el Europeo y me reitero: han logrado convertirse en la Antiespaña negra, eso con lo que soñaron los ilustrados durante décadas y que se ha empezado a conseguir no con libros, sino con cosas que DE VERDAD le son cercanas a la gente, como el fútbol. Aquellos que rechazan el fútbol como fenómeno social, creyendo que mantienen así una postura genuinamente intelectual, sólo demuestran lo alejados que se encuentran de una cierta capacidad crítica de análisis.
Con respecto al Estatut, la cosa me ha confirmado, junto a lo de Garzón, que cualquier tronco puede llegar a juez y ponerse al frente de altos tribunales. Cataluña no sólo es una nación cultural e histórica que no tiene nada que envidiar a la española, sino que avanza hacia su soberanía total del modo más inteligente posible: la autosuficiencia económica en una sociedad globalizada. El único gran perjudicado del final de este proceso será el Barça, que verá limitada su capacidad competitiva en la futura Lliga.
Con lo de Kosovo recordé la persecución salvaje que sufrió Kusturica por aquel genial comienzo de ‘Underground’ en el que dejaba bien claro lo que los croatas habían hecho a los serbios en la 2da Guerra Mundial: asesinarlos en connivencia con la invasión nazi. Me confirma que, ante todo, la violencia es el camino más recomendable para aquellos que quieran conseguir algo en la vida, consigue “acortar los caminos de manera antinatural”, que era la definición que sobre el Mal daban Louis Pawels y Jacques Bergier en aquella maravilla lectora que era “El retorno de los brujos”.

Escucha recomendada para la lectura: Lynyrd Skynyrd ‘Sweet Home Alabama

Ampliación del Campo de Batalla