Texto y fotos: Moisés Barrios
No es muy usual escuchar techno en Tenerife. Muchos por aquí lo consideran un género muy acelerado para lo que se suele escuchar en las islas. Sin embargo, ayer en el Greenworld Festival se pudo comprobar que es una vertiente con mucha cabida aquí y que, de seguir dándose este tipo de festivales, muchos optarán por acudir a donde suene techno.
Talento local con insignia internacional: Hector Couto, comenzaba el festival con su característicos ritmos y percusiones muy tech, con mucho groove. Al tinerfeño lo pudimos ver hace algunas semanas en Café del Mar Adeje.
El argentino Barem, afincado ya en Europa bajo los sellos de Moon Harbour y Cadenza, comenzaba a subir los bpm y la frecuencias de los bajos. Era el punto álgido del sol y el dj no dudó en ir cada vez a más para dejar el terreno allanado a un grande de la electrónica en España.
Paco Osuna pondría el acento español en los decks con fuertes beats, propios de los tracks que suele usar el catalán. Muchas transiciones y reloops para soltar auténticos subidones de adrenalina, generando fulgor y locura en el público. Era un preludio de las próxima tres horas que estaban por venir hasta el cierre del festival.
Si, un set de tres horas es lo que pinchó Marco Carola en el Greenworld Festival. El napolitano no tiró de su repertorio más oscuro, seguramente porque todavía a las 21-22 horas había luz. Sin embargo, Marco no se cortó un pelo - no es un chiste fácil- y a base de kicks profundísimos y charlies afilados como cuchillas, llevó a los presentes en un technotrip con sobredosis de percusión y ritmo . Techno. Techno. Y más techno.
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