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Quizás no sea Paseo de Gracia (2009) el disco más intimista de Vicente Amigo, pero sí confirma la evolución de la relación simbiótica que mantiene desde hace décadas con la guitarra. Poco más de tres años después de su última visita, las manos del músico y compositor flamenco  volvieron a convertir en marionetas a un público enamorado del flamenco que aplaudió, sintió, vibró y lloró cada una de las notas pulsadas con virtuosismo, maestría y total entrega.  Ya lo había advertido Vicente Amigo al comienzo -“voy a dejarme el corazón”- en una tierra donde siembre es bienvenido. En el mundo de la música, uno puede encontrarse con artesanos de melodías, intérpretes de canciones y creadores de arte musical, siendo este último el caso del guitarrista sevillano, que marca las diferencias  con el resto de los mortales. Todo ello gracias al acompañamiento de un elenco de instrumentistas de alta calidad y la destacada voz del cantaor Manuel Ortega, quien supo conquistar las más de 400 personas que llenaron el Auditorio de CajaCanarias con un arte que se lleva en la sangre.  Amigo Vicente, lo tuyo es una historia de pasión, lírica, respeto por las tradiciones y ansia de crear nuevos caminos en el bello mundo de la música flamenca.