La Fundación MAPFRE Canarias acoge desde el 25 de mayo el proyecto expositivo ‘ATLANTIC CROSSIN’  de la artista Federica Furbelli. La muestra, que podrá disfrutarse en la sala de exposiciones de la Fundación en San Cristóbal de La Laguna hasta el 21 de julio de lunes a viernes de 10:00 a 13:00 y de 18:00 a 21:00, está enfocada en la deconstrucción del paisaje y en lo abstracto como estudio de los espacios y de las escenas cotidianas vividas, introduce influencias de corrientes propias de subjetividad contracultural, de las filosofías irracionales, y la teoría de los no lugares, así como una reflexión acerca de la psicogeografía.

La psicogeografía es una propuesta principalmente del situacionismo en la cual se pretende entender los efectos y las formas del ambiente geográfico en las emociones y el comportamiento de las personas. Una de las estrategias más conocidas de la psicogeografía, aunque no la más importante, es la deriva. Se relaciona con el urbanismo y con Guy Debord. Durante estos años, Furbelli ha desarrollado un proceso personal y plástico en el que investiga distintas disciplinas artísticas mayormente centradas en la pintura y en el arte urbano.

Este proyecto de creación artística plantea una propuesta de pintura experimental y pintura expandida donde más que la pieza final tendrá importancia el entero proceso creativo y de análisis de los espacios. Su trabajo, empieza con un estudio del entorno, teórico, cartográfico y emocional donde analiza los paralelismos entre los espacios rurales/industriales, exteriores/interiores, a través de la manera de investigación de la deriva situacionista.

Durante la práctica de la deriva Federica recolecta material sensible a través de fotografías analógicas, sketches y escritos de sensaciones, que se presentaran recopilados en la sala de exposición. En su estudio del paisaje trabaja el condicionamiento de los seres en la urbe y el espacio natural, donde la vida humana se desarrolla profundamente. Además, utiliza el viaje y el azar como forma de creación, analizando culturas, colores y tradiciones. Alejarse de la mimesis paisajística la lleva a un espacio definido solo por manchas cromáticas en el que se proporciona al espectador la identidad del lugar de manera subjetiva y emocional. Un proceso creativo de experimentación donde se cuestiona el monopolio del racionalismo como único método de generar conocimiento.

Las piezas hablan del proceso, del gesto, del movimiento corporal y de la vivencia misma de la creación artística. La producción está estrechamente ligada a su intimidad, según Federica, su obra son sus días.
La exposición comprende obras de pintura, pintura expandida y videoarte. Todas relacionada bajo el mismo concepto. Federica plantea una exposición de cuadros de tamaño variado incluyendo gran formato, una proyección de video arte, una tela colgando y apoyadas arrugadas en el medio de la sala, según el concepto de pintura expandida, y una pared con apuntes y sketches que reflejan e investigan el proceso tan íntimo de la deriva situacionista.

Cada pieza está relacionada a la vivencia y las sensaciones de cada momento o lugar donde ella se encuentra. El trabajo cotidiano es poder representar las emociones que está sintiendo, casi como intentar atraparlas para no olvidarlas. O para que perduren más en el tiempo. O simplemente porque son tan intensas que las trascienden. Ver como la pintura en si sea un lenguaje y como este lenguaje del caos pueda estar influenciado de cómo estamos cada día.
Es un intento de destruir por un instante la estabilidad de la percepción y de infligir a la conciencia una especie de vértigo. En un constante dialogo con lo inefable, una búsqueda inacabable.