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Karaoke con mundo interior

El hecho contemporáneo es subjetivo, y por lo general suele ser tan íntimo como generalista. El Teatro Victoria de la capital chicharrera dinamiza cada fin de semana ( tradicionalmente sábados y domingos ) el corazón de Santa Cruz en su coqueto espacio escénico, y lo hace con propuestas innovadoras, arriesgadas y no aptas para todas las sensibilidades.

Este domingo nos acercamos a ver uno de los muchos espectáculos que el Teatro Victoria programa durante esta temporada y que con criterio ofrece a quienes se sienten cercanos a estas artes. La compañía Sleepwalk Collective con sede en Gran Bretaña y Euskal Herria traía un espectáculo de teatro contemporáneo tan curioso como anunciadamente previsible.

Karaoke es exactamente lo que la compañía promociona, un show "tan patéticamente honesto como descaradamente cínico", un ejercicio de anti-teatralidad en el que los actores poco o nada pueden hacer durante la ejecución de la obra en la que son protagonistas esclavizados a las órdenes de una máquina. A pesar de ello consiguen que este deus ex machina continuo tenga cierto sentido. Una historia sin historia, que atraviesa un repertorio de no canciones que definen la escena a través de una pantalla que acabará por tener más cosas en común con el público que con los actores. Es mucho más fácil identificarse con la máquina y alejarse del parlamento bilingüe de unos protagonistas anclados y obligados a seguir un guión tan explícito como surrealista, pero también tan espiritual como vulgar.

Una obra que obliga a leer y a juzgar, a estar atentos y a elucubrar respuestas a las sentencias de una máquina que se las sabe todas y que consigue, si nos engancha, que respiremos cuando ella quiera y que busquemos, a través de nuestra propia curiosidad, el sentido de una historia de amor sin amor, de conexiones fuera de nuestro cuerpo, de huídas a lugares virtuales sin escapatoria. Viajes interiores que una y otra vez nos llevan de nuevo al mismo escenario, a la misma sala donde volvemos a darnos cuenta, a pesar de la falta de dinámica de la obra y gracias a una bien ilustrada y escasa escenografía, de que solo estamos contemplando un curioso espectáculo sentados cómodamente en nuestra butaca.

El Teatro Victoria plantea muchos más encuentros alternativos para el futuro. La próxima cita será con Onírica Mecánica-Ferroluar de la región de Murcia, quienes pondrán sobre las tablas de este escenario su obra 'Frágil' los días 22 y 23 de noviembre.Y para acabar el mes un espectáculo de danza contemporánea familiar y más accesible. 'Formas' de la compañía asturiana Zig Zag Danza. Esta se llevará a cabo los días 29 y 30 de noviembre.

 

Crónica de 'Karaoke' de Sleepwalk Collective | Teatro Victoria, Santa Cruz de Tenerife | 16 de noviembre de 2014

Texto y fotos: José J.Martín 'Conache'