Tortell Poltrona es uno de los pioneros europeos en la renovación del payaso. Carismático y tierno, contundente y feroz. Un provocador de sensaciones a la caza de la poesía escénica, pero es además fundador de Payasos sin Fronteras y un excelente representante de esta profesión que lleva con orgullo por todo el planeta.
El IX Festival Internacional Clownbaret acoge varias actuaciones de este grandísimo artista, el viernes 23 en Adeje y el 24 en el Teatro Guimerá, así que nos animamos a contactar con él para que nos resolviera algunas dudas que amablemente accedió a contestar, telefónicamente, en la siguiente entrevista.
Lagenda.- ¿Qué puede haber en la cabeza de una persona para un día decidir convertirse en payaso profesional? ¿Se es payaso para toda la vida?¿Y fuera de los escenarios?
Tortell Poltrona.- En mi cabeza no pasó nada, ya venía predispuesto para esta profesión. Desde pequeño mi familia en Barcelona ya se dedicaba a las artes escenicas, durante el franquismo hacíamos teatro religioso, fuimos los primeros payasos en hacer números en catalán. Todos tenemos un payaso dentro, un provocador de emociones. Sobre todo los niños, hasta que se hacen adultos y empiezan a decir mentiras. Yo me considero un vendedor de ilusiones, y me gusta llevar la felicidad siempre conmigo y ofrecerla a raudales sobre los escenarios pero también dando los buenos días a mis vecinos o preguntando en el ascensor.. ¿A qué piso va?
"me gusta llevar la felicidad siempre conmigo"
L.- Renovar el mundo del clown no parece una tarea fácil. ¿Crees que hay mucha diferencia entre el payaso tradicional y el que propone Tortell Poltrona?¿Cómo evoluciona un payaso sin dejar de ser un bufón?
TP.- El payaso no es un invento moderno, ya existía antes en todas las culturas. Las figuras de los payasos listo y tonto aparecían en la ópera china, los primeros cómicos en las tradiciones de la India, incluso en el santoral católico contamos con dos santos payasos, San Ginés y Filemón. Es difícil evolucionar un género con tanta historia, pero se innova constantemente, aprendemos de los demás y de nuestros errores, siempre aferrados a nuestros ideales. Alfonso X tipificó la figura del bufón y de los juglares por su capacidad de mantenerse en un espíritu infantil.
L.- ¿Qué te llevó a dar el gran paso que supuso crear Payasos sin Fronteras?, A día de hoy, ¿Crees que faltan lugares en el planeta a los que llevar la sonrisa?, ¿Está la seriedad de las circunstancias en muchos lugares conflictivos realmente reñida con el humor?
TP.- Los alumnos de una escuela catalana me pagaron el viaje para que fuera a entretener a niños y niñas refugiadas en Los Balcanes. Era una guerra a donde se podía ir en coche. Ahí empezó todo y hoy en día se ha convertido en una herramienta para que los voluntarios puedan expresar su solidaridad y aprender. El objetivo principal de ofrecer un mundo mejor sigue siendo prioritario, sigue habiendo campos de refugiados, los conflictos se agravan más y el trabajo tiende a multiplicarse. Afortunadamente, la recompensa de conocer que quienes lo han perdido todo tienen más sentido del humor, es insuperable.
L .-¿Se ríe el payaso con las payasadas de sus compañeros de profesión? ¿hay buen rollo entre ellos, como los magos que se cuentan los trucos unos a otros? ¿Te has cansado de reírte en alguna ocasión?
TP.- No (risas), nunca me he cansado de reír y espero no cansarme nunca. Bueno, como en todo, en el mundo del clown también hay competencia, pero me sigo emocionando ante un buen payaso. Mis maestros han sido siempre los payasos y los niños. Me sigue asombrando su capacidad para generar felicidad.
"me sigo emocionando ante un buen payaso"
L.- ¿Piensas que el mundo del clown se ha convertido en un espectáculo para adultos?¿Es más difícil hacer reír a los niños de hoy que a quienes fuimos niños en otras épocas?¿Crees en el futuro del circo en el formato tradicional de carpa y caravana?
TP.- Niños hay de todos los colores y capacidades. En esta vorágine de consumo y de dispositivos, son mucho más difíciles de estimular. Pero cuando se les regalan muchas cosas siguen prefiriendo jugar con las cajas de cartón. Es un instinto y prueba que los niños más felices son los que menos tienen.
El circo desafía el sentido común, la física básica, la gravedad, la fuerza centrífuga, el ser humano seguirá asombrado con este tipo de proezas… tuvo un momento grandioso en su historia cuando los militares perdieron su trabajo y empezaron a dedicarse a esto. De ahí las cabalgatas como desfiles militares, las dimensiones de las pistas, en el momento en que este circo tropezó con el que ofrecía la familia Grimaldi tuvo un enorme impacto en la sociedad. La posibilidad de ver animales salvajes, la simple construcción de las estructuras era muy novedosa. Ahora parece que las ciudades no están hechas para el circo, cada vez hay menos solares libres. Afortunadamente en los años 70 el circo comenzó a incluir dramaturgia, danza, música, y convertirse en un espectáculo más global, lo que conocemos como circo contemporáneo… No, no creo que deje de existir, mientras caminemos sobre nuestras piernas.
L.- ¿Crees que cuanto más puñetero se es sobre un escenario, más se ríe el público?¿Existen límites para el humor?
TP.- Evidentemente existen límites, hay que saber donde se está e intentar ser lo más visible posible. Puedes ser provocador como estuvo de moda hace poco en Europa, pero para llevar esta provocación a países con cierta tradición hay que conocer los límites. En Guinea o en Irak, hay números que tienen un contenido sexual que no se puede poner en escena. Los límites no se puede transgredir. Te puedes convertir en un provocador sin gracia, Los buenos clown saben hasta donde pueden llegar.
L.- Hay gente un poco retorcida que mira una corrida de toros para ver si cogen al torero, o personas que van a un espectáculo de magia esperando poder descubrir el truco ¿Crees que el público va a ver a un payaso esperando no reírse?
TP.- … Seguramente hay de todo. Para ser un buen clown se precisa un buen público, una audiencia que debe responder a las provocaciones del tipo que está en escena. Valoro enormemente la predisposición del público y su capacidad de saber jugar al juego que proponga el payaso. >
L.- ¿Qué nos has preparado para tus actuaciones en el Festival Clownbaret? ¿Qué dirías de Tortell Poltrona a quienes no lo conocen?
TP.- En esta ocasión, porque ya estuve en Canarias hace veinte o treinta años, voy a llevar a Clownbaret mis mejores números. Una selección que se llama Post-Classics y que son los espectáculos que más tiempo llevan en mi repertorio. Son números bien preparados que he ido ensayando con el público durante toda mi carrera. Actualmente viajo por todo el mundo con este espectáculo, así que espero que les guste. Tortell Poltrona es un payaso añejo, con su vida hecha. Un tipo que está desde el año 74 con la nariz puesta, que tiene tres hijos y tres nietos, a quien le gusta su trabajo y sobre todo el público. Las personas que vienen a verme son mis payasos preferidos. Algunos tienen solo un payaso que les divierta, yo soy afortunado, tengo muchísimos.
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