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La séptima edición del festival Tensamba ha dado muchas y grandes sorpresas, tanto por su expansión internacional, con la que han llevado el nombre del festival por todo el planeta, como por la siempre esmerada selección de los artistas participantes y por la diversificación de actividades que de manera extraordinaria ha llevado a los habitantes de la isla a introducirse en la música brasileña a través de un ciclo de cine o encuentros gastronómicos, entre otras actividades.  Desde un fabuloso primer contacto con las Leyendas de la Bossanova, pasando por el dinámico encuentro de disc jockeys ‘Brasilectro’, la actuación de Marcio Faraco y Phillippe Baden Powell, o los impresionantes shows de Leo Cavalcanti o Marku Ribas, el festival de este año, que no acabará hasta el 12 de junio, se ha convertido en el más completo de su historia. Un éxito arrollador que avala y asegura la continuidad de un evento que se antoja necesario en la primavera de Canarias.

 

De Minas al Leal

Concierto de Marku Ribas, 19/05/10, Teatro Leal (LL)

Marku Ribas cumplía años (unos magníficamente llevados 63) el día en que daba este recital en el Teatro Leal de La Laguna. Uno de sus compinches en escena, el bajista Ezequiel Lima también cumplía ese día, y para celebrarlo nada mejor que un espectáculo emocional, divertido y acertado con el que el Festival TenSamba ha vuelto a dar en el clavo. Marku Ribas es un clásico del rock brasilero, aunque sus temas tiran más hacia otros estilos, el pop, el funk, el jazz, el blues y sobre todo el soul, que domina gran parte del repertorio pero que al camuflarse con la samba y la bossa queda en un segundo plano, siempre presente pero nunca evidente. Marku es un nervio, aunque sentado en una silla con su guitarra, no deja de moverse, no deja de cantar, ni siquiera en los momentos en que hay un solo o una parte instrumental puede dejar de improvisar percusiones con su voz, aullidos al estilo más blues o grititos a lo jackson, y eso es algo que se agradece y que impregna las canciones con un aire positivo que complementa el buen hacer de su banda. Temas de envoltura cercana, fáciles de corear y que invitan a bailar. Bossa sentimental o blues brasilero, rock contenido con arreglos de jazz, o pop cálido y saltarín, y todo pasado por la batidora de esa samba rock, sello de la casa, que eclosionó en su despedida final con ‘Zamba Ben’ el flamante himno que lo convirtió en artista inevitable dentro la historia de la música de su país, y que Ribas acabó bailando sobre el escenario y en el patio de butacas, por donde se despidió efusivamente, visiblemente satisfecho y emocionado.