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"Hay que entender el propio estilo y esforzarse muchísimo por ello."

Aida González Rossi, recientemente ganadora de la vigésima edición del Premio Internacional de Relato Breve ‘Julio Córtazar’ de la Universidad de La Laguna, estudió periodismo en esa misma universidad. Ha colaborado en los programas radiofónicos ‘Recovecos’, emitido en Onda Nueve Tenerife, y ‘Poetas en Serie’, además de ser guionista y reportera de ‘La calle habla’ y de dirigir el espacio dedicado a la música rock e indie en español ‘El Rompeolas’, estos últimos en Sun FM. Hoy hablaremos con ella del sector literario en España, de escritura y, sobre todo, de poesía.

.-Cuéntanos un poco sobre ti, ¿quién es Aida y si recuerdas por qué empezaste a escribir?

Esa es una pregunta muy complicada, yo misma me pregunto todos los días quién soy cuando me levanto por las mañanas. Si tengo que definirme de cara a lo que estamos hablando, pues una persona que lee, que lee mucho, no por decir que lee mucho, sino porque lo necesito para vivir, para estar bien. Una persona que escribe, por lo mismo, es algo que me viene de serie un poco. Si nadie fuera a leer mis poemas, yo seguiría escribiendo, si no pudiera hablar con nadie de lo que leo, seguiría leyendo. Esto te lo enlazo con por qué empecé a escribir. Fue una especie de pulsión, en realidad no me lo planteé. De pequeña siempre escribía mis cuentitos, hacía cómics, ilustraba mis cositas... Después con, quizás, 14 años me abrí un blog, no se lo dije a nadie, había gente con la que me comunicaba por la plataforma de blogger, pero al principio no se lo enviaba a mis amigos, no lo publicaba en las redes sociales de entonces. Y ahí empecé a escribir, varias veces a la semana. Empecé a darme cuenta de que yo podía ser yo completamente si tenía una vida y aparte escribiendo. En los periodos donde no escribía me sentía vacía, deformada quizás. Al principio no me lo tomaba en serio, ni siquiera dejé que utilizaran sobre mí el calificativo poeta hasta hace dos años.

.-¿Cuándo llegaste a un punto en que empezaste a considerar que estabas a otro nivel?

Quizás en 2015, cuando comencé a tener más claro qué es poesía, porque yo escribo poesía en prosa. Tiendo un poco a las herramientas del verso, pero sí que escribo poesía en prosa. Siempre había pensado "yo no soy poeta sino narradora, pero para ser narradora escribo unas cosas un poco raras". Cuando realmente empecé a meterme en el mundillo y a leer mucha más poesía, me di cuenta de que lo que yo hacía sí que encajaba más en poesía, que no era narrativa ni de lejos. Al comprender lo que estaba haciendo ya no me sentía una novata haciendo una tontería.

.-¿Al comprender lo que hacías o porque fuiste capaz de entender y desarrollar tu propio estilo?

Sí, fui capaz de entender mi propio estilo. Yo creo que es muy importante entender el propio estilo desligándolo del resto de cosas. Está claro que hay que tener una base, hay que leer muchísimo, hay que conocer qué está haciendo la gente, pero creo que cada persona tiene su propio fondo y forma de hacer las cosas. Cada persona puede aportar algo diferente, especial, hay que entender el propio estilo y esforzarse muchísimo por ello.

Yo creo que la adolescencia es una etapa de la vida en la que no tienes las respuestas adecuadas para las cosas porque no has tenido tiempo para que te lleguen y creas explicaciones paralelas en las que te puedas manejar.

.-Tienes un blog llamado ‘La Ciudad’, que no es el mismo que tenías en el pasado, inspirado en la obra de Cortázar, ¿qué te motivó a empezar con él?

Bueno, para empezar, ese blog me lo hice para un trabajo de clase, lo que pasa es que me gustó el formato con Wordpress, yo siempre había utilizado Blogger, y continué con él. ¿Por qué la ciudad? Tuve un momento de mi vida, hace como dos años, cuando me tomé las cosas un poco más en serio, en que me obsesioné un poco con el concepto ciudad. Te parecerá una tontería pero yo soy de pueblo de toda la vida, y cuando me vine a La Laguna, flipé un poco sobre todo por el cambio de ambiente.

.-El pueblo es como una especie de lugar seguro y la ciudad es a veces fría y esconde horrores.

Exactamente, es salir de tu burbuja. Pues me coincidió eso y con leer a Cortázar, también me obsesioné con él y estuve machacando muchísimo el concepto de ciudad, porque entendí la ciudad como una especie de bosque urbano, un terreno sobre el que han salido cosas. En el caso del bosque, los árboles, en el caso de la ciudad, los edificios. ¿Qué pasa? Que las personas también somos así, somos un terreno que venía de serie, de nacimiento, sobre el que empezamos a edificar. En este caso sería más cercano a la ciudad porque son cosas que edificamos artificialmente, así que me identifiqué muchísimo con la figura del paseante de Cortázar que va paseando por la ciudad, por París y se va viendo a sí mismo en las calles que ve. Va entendiendo la ciudad y con la ciudad se entiende a sí mismo como si se paseara. Empecé a desarrollar un poemario que ha sido un poco caótico, que es mi sobrenombre [Caótica], que aún no está terminado, principalmente porque cuando lo empecé escribía de una manera y ahora siento que he avanzado muchísimo y tengo que ver cómo lo abarco. Se llama ‘Edificios interiores’, que es un concepto que me ha perseguido muchísimo por esto que te cuento, y tuve una época en la que todos los poemas que escribía estaban ubicados en una especie de ciudad. La ciudad es un espacio y la ciudad también soy yo.

.-¿Consideras que hoy en día publicar contenidos en un blog tiene sentido para lograr una respuesta del público si lo comparamos con el impacto de las RRSS?

Yo creo que hay que usar las dos cosas, yo uso las dos. Cada vez que publico algo lo enlazo en Facebook, y en realidad no tiene mucho sentido cuando cuelgo algo en el blog y no lo enlazo a las redes sociales, no tiene la misma difusión. Pero creo que también es importante, uno, tener un espacio creado por ti y en el que puedas alojar tus cosas, y dos, porque hay mucha gente que no está dentro de esa interconexión que puedas tener en tus redes sociales, es decir, en las redes hay una especie de selva y estamos todos conectados; al final se acaba escribiendo para gente que es amiga, para la que tienes agregada. Y hay mucha gente que te va a encontrar por Google. Creo que tiene bastante sentido publicar en un blog, pero hay que usar ambas cosas. También quedan mejor recogidos, si simplemente los publicas en redes sociales se terminan perdiendo.

Ahora mismo hay un fenómeno de poesía súper ventas, se está vendiendo muchísima poesía, pero es una poesía, desde mi punto de vista, hecha precisamente buscando un mercado.

.-¿Cómo decides presentarte y qué supone para ti ganar el XX Premio Internacional de Relato ‘Julio Córtazar’ de la ULL con tu relato ‘Casas, desiertos o bosques’? ¿De qué va tu relato?

Mira, yo nunca pensé que iba a ganar el premio, yo llevé el sobre con las copias el día de mi orla antes de ir a la peluquería, casi no llego, era el último para presentarse pero me dije: "Este año me presento o no me presento nunca’. Yo había visto el premio con 18 años, pero pensé que me quedaba enorme, porque no era nadie para presentarme. Para mí supone una alegría inmensa porque es un premio de la ULL, internacional, lleva el nombre de Cortázar, y fue un poco ‘vas bien, puedes seguir por aquí’. Mi vocación es la poesía, pero antes de eso, yo quería ser narradora. Es una cosa que quiero hacer. Y haberlo ganado tan joven puede motivar a otra gente joven a presentarse. Es la primera vez que veo algo mío en papel también. Siento que todo es un cúmulo de circunstancias, como en la obra de Julio.

El relato es de 5 páginas, el máximo, y está narrado desde un punto de vista adolescente, dividido en ocho partes. Habla sobre una chica que vive con sus padres que está en total caos; cae cada uno en un tipo de enfermedad mental y el relato desarrolla esa inmundicia de la casa y la familia. Yo creo que la adolescencia es una etapa de la vida en la que no tienes las respuestas adecuadas para las cosas porque no has tenido tiempo para que te lleguen y creas explicaciones paralelas en las que te puedas manejar. Lo que yo intento con el cuento son esas explicaciones paralelas.

.-Aparte de escribir, sabemos que colaboras también para La Sala de Máquinas. ¿Qué tal la experiencia como vendedora de libros de segunda mano?

Es flipante, cuando Pepa y Sergio me lo dijeron pensé que era una oportunidad de devolver a los libros todo lo que me han dado. Yo flipo mucho con las cosas que pasan en La Sala de Máquinas, es precioso porque, aparte, a mí siempre me ha encantado venir. Pasan cosas muy bonitas y tengo la oportunidad de leer mucho. Ayer por ejemplo, estaba leyendo un volumen de las obras completas de Cortázar y justo entró un chico preguntando por él, cosa que nunca había pasado. Se lo llevó y se puso súper contento. Es ver más de cerca qué pasa con los libros. Siempre he tenido mi experiencia como lectora, pero cuando viene alguien, le recomiendas un libro y le encanta es muy guay.

.-Si miramos los últimos datos disponibles, hasta junio de 2017, del sector editorial en España, vemos que la tirada media de libros de humanidades se mantiene, y en algunos casos, presenta un descenso, salvo en cómics, teatro y poesía. ¿A qué crees que se debe ese aumento de la tirada específicamente en poesía? ¿Piensas que hoy en día hay una mayor demanda?

Pienso que hay una mayor demanda de un tipo de poesía concreto. Ahora mismo hay un fenómeno de poesía súper ventas, se está vendiendo muchísima poesía, pero es una poesía, desde mi punto de vista, hecha precisamente buscando un mercado. Yo creo que la cultura jamás debería buscar un mercado, deberían ser los consumidores los que vayan a buscar la cultura. En este caso, estamos viendo un montón de polémicas de premios que dicen que se están dando para fomentar las ventas, editoriales que está cambiando sus filtros para publicar a un tipo de poetas que mueven muchísimas redes sociales, que tienen muchos seguidores, tienen un estilo que llama mucho a eso. Entonces, siempre que se venda, consuma o lea simplemente más poesía es una victoria, pero también hay que estudiar eso a fondo, qué se está leyendo, por qué se está leyendo y cómo hacer que otro tipo de poesía llegue a la gente.

.-El reciente estudio ‘El consumo cultural: ¿cuestión de gusto o de precio?’ del Observatorio Social de la Caixa establece que el principal motivo del escaso consumo cultural es la falta de interés en ese sector por parte de la sociedad. ¿La cultura es cuestión de gusto o de precio?

Complicado, complicado. Vamos a ver, siempre va a ser una cuestión de gusto, creo. Pero el precio es un filtro que hay que pasar. Siempre va a estar medido por los precios. Si yo no puedo permitirme un producto cultural, por mucho que me guste, no puedo permitírmelo pero, aunque tenga el dinero, si no me gusta, no lo voy a consumir.

.-Habiendo estudiando tú periodismo, ¿por qué crees que hay gente que no se entera de la oferta cultural pese a las campañas de publicidad y el uso de diversos medios?

Obviamente, si nos paramos a analizarlos, el problema está en los intermediarios, que son los medios de comunicación. Sí que veo, muchas veces, que las iniciativas que se visibilizan son unas concretas, hay muchas cosas que se hacen a las que no se da voz, quizás porque desde el propio medio no llegan a ellos, porque no interesa publicarlas o quizás, y esto es algo que siempre he pensado, porque hay un sector de cultura que está hecho para las personas que producen cultura. Por ejemplo, a los eventos de poesía, quienes van son poetas. Esos eventos no se van a anunciar en medios generalistas porque están hechos un poco para poetas, o la visión que se tiene es que están hechos para poetas o gente del mundillo.

.-Una especie de sectarismo cultural.

Exacto, yo creo que los medios deberían esforzarse por dar un poco de voz a todo lo que se hace y que podría interesar; hay cosas súper bonitas que se hacen que yo echo de menos que salgan en periódicos porque podrían ser de interés.

.-Este sábado participas en la primera competición de poesía oral de Tenerife, promovida por Poetry Slam Canarias en el Equipo Para. Cuéntanos un poco acerca de esa competición.

Yo voy de poeta invitada, voy a leer un par de textitos. 'Poetry Slam' es una competición de poesía oral donde el público decide quién gana. Entra en juego cómo transmites al público, la puesta en escena y tu poesía. Creo que es bastante bonito porque es una forma de acercar los recitales de poesía a la gente, porque, como te decía antes, a los recitales de poesía van los poetas, pero yo creo que el Poetry Slam es un forma de hacerlo súper atractivo.

.-Poetry Slam Canarias lleva muy poco tiempo en activo, en comparación con otras asociaciones de slam de la Península, ¿crees que este tipo de iniciativas, que tienen un poco de performativo y de teatro, puedan combatir esa falta de interés general por la cultura de la que hablábamos y enganchar a la gente a la poesía?

Creo que sí, como te decía, creo que es una forma de acercarlo a la gente que no suele ir a estas cosas. Al principio, cuando te metes en algo nuevo, lo que buscas es pasarlo bien, y entrar de una forma un poco fácil. A ver, si yo no hubiera ido nunca a un recital, no me interesara o no hubiera descubierto que me interesa, iría al Poetry Slam y acabaría enganchada. Creo que es una buena manera de conectar con gente que no está en esto.

.-Cerramos la entrevista con una última pregunta: ¿qué libros de poesía recomendarías a los lectores de Lagenda?

¡Ah, muy bien! Un libro que he estado leyendo mucho últimamente ‘La belleza del marido’ de Anne Carson y a Félix Francisco Casanova. Después, de Andrea Abreu López ‘Mujer sin párpados’, ‘Tribuna para el desconcierto’ de Rosa María Ramos Chinea, la poesía completa de Piedad Bonnet y de Alejandra Pizarnik, la trilogía de poemarios de Luna de Miguel y ‘La edad de merecer’ de Berta García Faet.

De novela te voy a recomendar ‘4x4’ de Sara Mesa y ‘Las niñas prodigio’ de Sabina Urraca.

 

‘Deseo y la tierra’ editado por Cartonera Island es el próximo proyecto de Aida Gonzáles Rossi, un poemario corto contado desde el punto de vista de la adolescencia a la adultez, sobre la confrontación del deseo con la tierra, que vendría ser el mundo exterior, materializado en la violencia sexual.