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"Los músicos son nuestros grandes embajadores en el mundo"

El festival está lanzado y ha cumplido con éxito su edición número veinticuatro, que se dice pronto. Su director, Miguel Ramírez, sigue demostrando por el evento, y sobre todo por la música, una pasión que contagia a quien le escucha. Historia viva del jazz en Canarias, aprovechamos una pequeña charla para hacer algo de balance, echar la vista atrás, y con más interés si cabe, mirar hacia adelante, porque todavía nos queda mucho camino que recorrer.

 

LAGENDA.- Veinticuatro años de festival de jazz, con todas sus vicisitudes, toda una vida...

MIGUEL RAMIREZ.- Y empezó por pura necesidad. Los precedentes surgieron en un barranco de Agaete, con dos ediciones a las que acudió gente de Tenerife y de Las Palmas, ese fue el embrión.

L.- ¿Había ya entonces mucha afición?

MR.- Éramos un grupo de gente, aficionados, que disfrutamos de algunos festivales de este tipo en las islas, Socaem, Cajacanarias, con cierta intermitencia, y que no acababan de cuajar, a principios de los 80, cuando se crearon también los grandes festivales en la península… El jazz empezó a meterse por todos lados, y aquí también llegó.

L.- Era un momento expansivo, digamos.

MR.- Con el apoyo del consejero de cultura del Cabildo de Gran Canaria en aquel momento, Gonzalo Angulo, pensamos que había una demanda del público para un festival de jazz. Desde el principio tuvimos en cuenta la dispersión de la población, y en vez de agrupar en los nucleos lo que se pensó fue en atomizar las propuestas para llegar a muchos municipios. Por ejemplo, trajimos a Kurt Elling, que hoy es un artista super conocido y premiado, recuerdo llevarlo a tocar a cinco pueblos de Gran Canaria con su banda y los tipos alucinaban.

L.- ¿Les ayudó esta estrategia también con la financiación?

MR.- Sí, porque era una forma de que el festival estuviera apoyado por muchas pequeñas aportaciones y no por una o dos entidades, que con un cambio político era más fácil de desaparecer.

L.- En este sentido, el festival también se distingue por contar con patrocinadores privados, asociados incluso al nombre, como es el caso de Heineken...

MR.- El capital privado es fundamental, porque cuando vas a hablar con una institución y no llegas con las manos vacías, sino con un apoyo, te escuchan de otra manera. A nadie le hemos pedido dinerales, el año que más presupuesto hemos tenido es porque había involucrados más ayuntamientos. En este sentido, Heineken es un aporte muy importante y ellos lo vieron desde el principio.

L.- Hasta el punto de formar parte del nombre… Por cierto, ¿porque Jazz & Más?

MR.- El nombre viene precisamente de una conversación ellos con Heineken. Al principio era Festival de Jazz de Canarias, pero hablamos de darle una vuelta al nombre, porque no era solo jazz. El jazz no es un estilo, es un mundo de músicas, enraizadas, que permiten atraer nuevos públicos, y cuanto más abierta sea la música más lo permite. Y el nombre de Jazz y Más es un argumento que utilizamos mucho para justificar la presencia de grupos que se alejan un poco de lo que llamamos jazz pero está dentro del marco del festival.

L.- ¿De qué manera llegó el salto a otras islas y convertirse en un evento para toda la comunidad?

MR.- Encontramos a las personas adecuadas, con cierta sensibilidad de los responsables políticos, esto es muy importante. En La Laguna nos abrieron la puerta para llegar a Tenerife gracias a Castañeda, que era concejal de cultura. Y un par de años después se fueron fraguando otros apoyos en el Cabildo de Tenerife, donde estaba de consejera Dulce Xerach, y en cultura del gobierno con Hilda Mauricio. Ahí fue donde pudimos decir ya que queríamos llevar a todas las islas lo que estábamos haciendo en Gran Canaria y hacer comunidad… comenzamos a expandirnos, llegamos a Buenavista, Arona, La Orotava… Lanzarote, Fuerteventura, La Palma. Un año estuvimos en las siete islas de gira con la banda de Bill Evans, que ya era un músico muy reconocido entonces, a La Gomera y el Hierro también, una experiencia flipante.

L.- ¿Cuánta afición y cuanta adicción ha creado el festival en el público de Canarias?

MR.- Hay casos, con nombres y apellidos, que venían cuando niños con sus padres y se enamoraron de estas músicas y han terminado actuando y presentando sus discos en el festival. Mucha gente que se encuentra una vez al año en el festival de jazz, que viene de fuera a verlo y disfrutarlo. Hemos contribuido a crear y fidelizar públicos.También destacar la parte de formación que hacíamos con encuentros, clinics, muchos músicos conocieron a profesores y después salieron fuera a estudiar, a Estados Unidos, Holanda, a la península… han grabado discos con artistas internacionales que conocieron en el festival.

L.- ¿Podemos decir en este sentido que Canarias está en el mapa internacional del jazz?

MR.- Yo creo que ya estamos en el circuito internacional de todas las músicas, del teatro… vienen espectáculos de todo tipo… Algunos grandes artistas todavía no vienen, porque tienen una demanda muy superior a la que pueden cumplir, y a veces la comodidad les lleva a dejar Canarias fuera.

L.- Los carteles del festival sí que pueden presumir de haber traído grandes figuras...

MR.- Nuestros grandes embajadores han sido los propios músicos. Por el trato, por la idea, y porque les pedimos ayuda en este sentido. El caso de Antonio Sánchez, un músico fantástico que ha vuelto este año, nos comentó en su día que salía de gira con Mat Metheny…. En aquel momento nosotros no estábamos para un artista como este, porque tienen tanta demanda, hacen 30 bolos en Europa por ejemplo, y tiene 60 demandas. Además viajaba con un montaje enorme.Pues al final vino, en formato trío, y venían en barco con un equipo que ocupaba un contenedor entero. Y fue Antonio Sánchez el que hizo la mediación, como te digo, los propios músicos han sido nuestros embajadores. Por el cariño que se las ha dado, del público y del equipo, técnicos de sonido, periodistas, producción… toda esa gente ayuda.

L.- ¿Cuánto se ha notado entonces la crisis de estos años en el trabajo de producción?

MR.- En los años de crisis hemos sufrido recortes muy fuertes, lo que nos ha llevado a un gran esfuerzo para mantener la calidad y seguir atrayendo otros públicos. Pero es un festival hecho con mucho amor y cariño, y no a base de talonario, con el esfuerzo y sacrificio de mucha gente y al final, si siembras bien luego recoges. Tanto es así que desde hace unos años ya sí que podemos decir que tenemos un festival suficientemente importante y atractivo de cara al exterior, una propuesta que sumar a la oferta turística de playa, gastronomía, patrimonio…

L.- El binomio Cultura y Turismo tan de actualidad y de futuro, ¿cómo se puede aportar más desde nuestro ámbito, que es el cultural?

MR.- Hay que clarificar el inventario. Poner sobre la mesa lo que está claro que funciona, por méritos, porque es verdad y dejarse de inventos. Hacer una clara agenda de lo que se repite, de los eventos de cada año. Y tener siempre una ventana abierta a las nuevas ideas y propuestas. Creo que ya tenemos en Canarias una oferta suficientemente poderosa para destacar en las ferias internacionales y mostrar toda la oferta cultural, los museos, festivales, patrimonio, para que conozcan la oferta de Canarias. Eso requiere un trabajo, pero tenemos gente muy preparada.

L.- Eres optimista entonces a este respecto...

MR.- Primero hay que reconocer lo que tiene que estar por encima de las opiniones particulares de ciertas personas, responsables políticos o quien sea, propuestas como esta que son verdad. Después, ya veremos si hay recuperación económica. Nosotros, de momento, estamos vivos y apoyados por mucha gente.

L.- De cara al futuro, ¿qué le queda por aportar al festival de jazz en este sentido?

MR.- En el apartado interno, tenemos que recuperar la itinerancia, volver a llevar los conciertos a los pueblos. Es una forma de que la gente que nos visita pueda conocer las islas y los municipios a través de la música, esta es una idea que tenemos clara y queremos recuperar.Y de cara al exterior, también incluir en el cartel uno o dos artistas mediáticamente relevantes para que tenga más repercusión y proyección externa. Pero esta es una cuestión de presupuesto.