TEA Tenerife Espacio de las Artes, centro de arte contemporáneo del Cabildo de Tenerife, inauguró la muestra 'Orocobix. Recuerdo de la primera montaña', exposición que ofrece una mirada retrospectiva a una década de trabajo del artista Jorge González (Puerto Rico, 1981) y a su plataforma de investigación y práctica interdisciplinaria Escuela de Oficios, cuyos procesos mantienen una relación entre el territorio, el cuerpo, los materiales y la salud. El consejero de Cultura y Museos de Tenerife, José Carlos Acha -que presentó esta nueva muestra junto al responsable del departamento de exposiciones temporales de TEA, Néstor Delgado; a la comisaria Michy Marxuach; y al artista Jorge González- destacó que "Orocobix es la primera exposición que se le dedica en Canarias a González" y que "en ella se despliegan, en distintos ámbitos, procesos artesanales que conectan diferentes geografías de Centroamérica, el Caribe y Canarias"
José Carlos Acha explicó que esta propuesta expositiva -que podrá visitarse de manera gratuita hasta el 25 de agosto, de martes a domingo y festivos de 10:00 a 20:00 - "plantea un espacio de aprendizaje sobre procesos artesanales relacionados con la transformación de la energía en materia, con el paso del fuego a lo simbólico, con el arte o con las relaciones que se establecen a través de estos saberes y los territorios en los que nacen".
Néstor Delgado explicó que "Escuela de Oficios, que es fruto de un largo proceso, conecta a muchas comunidades, a mucha gente y a muchos". Durante su intervención Delgado subrayó que existe una relación entre esta nueva muestra y la de Adrián Alemán, ya que en ambas exposiciones, que "ofrecen una mirada retrospectiva hay mucha obra que no se ha visto antes. Ambas muestra hablan, de algún modo, del museo como un espacio donde se realizan rituales, de los museos como espacios de socialización en los que es posible pensar de manera colectiva".
Michy Marxuach indicó que "parte de este proyecto ha sido volver a entendernos y tejernos en el territorio y en la diversidad de seres que existimos en ellos". "Los materiales que se han usado en Orocobix y los procesos que se han empleado nos van a hacer sentir y replantearnos nuestros procesos de existencia en un tiempo que estamos desconectados de muchas cosas", apuntó la curadora que considera que "esta muestra pide que nos detengamos, que nos volvamos a entender en lo que ha sido nuestra historia, nuestra ancestralidad y en nuestro futuro".
Por su parte Jorge González -quien reconoció que esta exposición es "el resultado de un proceso de crecimiento continuo"- explicó que el título de la misma Orocobix es "una voz ancestral" de origen arahuaco-taína cuya posible etimología sería o (montaña), roco (recordar o conocer) y bi (vida, principio, primero) y que podría traducirse como 'Recuerdo de la primera montaña'. Pero además Orocobix es un nombre asociado al territorio montañoso de Puerto Rico que hoy se conocen como Aibonito, Barranquitas, Morovis, Ciales y Orocovis. De ahí que esta exposición invoque también, a través de esta palabra, compromisos, encuentro de formas, materiales, intenciones, voluntades, cosechas, cultivos y tejidos, con y entre seres.
"En Orocobix hay una intención de entendernos desde una raíz más profunda, desde el interior más profundo. Hay un gran abrazo en este espacio, un pilar de ascendencia, y dentro de ello momentos de cuidado y de cultivo, que se sostendrá colectivamente", señaló Jorge González quien matizó que Orocobix ofrece "momentos de celebración y momentos para reflexionar sobre nuestra pérdidas, sobre nuestras luchas, nuestros duelos y a empoderarnos por lo que hay que luchar".
Según Michy Marxuach "la obra de González nos hace constantemente preguntarnos cómo asumimos la educación académica occidental y nos posiciona ante el espacio crítico que es pensar nuestra indigeneidad en nuestra construcción moderna. En lugar de intentar clasificar una u otra, su obra aborda el tema, experimenta con el material y nos hace trabajar conscientemente sobre la sistematización que nos afecta e identifica". En el trabajo de González el oficio va a contracorriente de las lógicas de la eficiencia de nuestro presente, donde el trabajo manual es borrado por la productividad industrial, y ofrece la posibilidad de establecer nuevas redes de relaciones.
Poniendo atención a esa necesidad humana por hacer, siempre en un espacio de transición en el que los problemas se abordan en un horizonte de incertidumbre, el trabajo de Jorge González ensaya modos de existencia en correspondencia con otros seres. A su vez, su obra plantea un sincretismo donde diferentes saberes y creencias se cruzan e implican para la construcción colectiva de cosmovisiones que cuestionen las narrativas dominantes.
Desde hace una década, Jorge González ha planteado un espacio pedagógico bajo el nombre de Escuela de Oficios, una plataforma de investigación y práctica interdisciplinaria basada en el desarrollo continuo de un espacio colectivo de aprendizaje. Los participantes se dedican a mapear, documentar y emplear técnicas artesanales, apoyándose de un programa móvil que progresa a través de conversaciones, talleres y exhibiciones. Cada uno de los intersticios, a su vez, genera desde su núcleo un sinnúmero de mediaciones y activaciones que fortalecen y crean nuevos vínculos para encaminar la distribución generosa de conocimientos, compartir desde la historia oral y practicar las técnicas ancestrales de forma colectiva.
Desde este acercamiento, se establecen conexiones entre modelos de aprendizaje autogestionados y el territorio, que a su vez se tejen con otros territorios. Escuela de Oficios ha mantenido, entre otras capas, la investigación sobre el tejido de fibras naturales y la alfarería indígena en Puerto Rico. Desde esta base se ha establecido un diálogo con prácticas artesanales propias de Canarias. Desde intereses comunes alentados por la estructura del burén taíno (objeto de barro utilizado en la preparación de alimentos indígenas) y la técnica de Soles de Naranjito, una traslación de la Roseta Canaria se ha creado un espacio de cocción e intercambio de conocimiento.
En la práctica y en el intercambio entre preguntas y saberes se ha fortalecido el reconociendo de metodologías y filosofías que unen gestiones que relacionan la alfarería indígena del Taller de Cabachuelas, en Boriken y la alfarería del Taller del Alfar en Tenerife, además de adentrarnos en la quema propuesta desde Cabachuelas en Boriken con la quema propuesta por la alfarería de Lanzarote. Hay una voluntad que une seres y cuerpos que encaminan un cuido por las relaciones ancestrales y una práctica crítica por su forma de producción.
La exposición se estructura en diferentes ámbitos en los que se plantean diferentes procesos artesanales relacionados con el fuego, el tejido y el barro, o en la transformación energía de la luz en materia. En el primer ámbito se muestra una columna cubierta de tejido de enea que recibe el nombre de 'Abrazo' y que da forma a los cimientos de la educación auto-sugestionada de Escuela de Oficios. Este 'Abrazo' está acompañado por una serie de soportes que diagraman la circunferencia de una media luna, que enciende y obsequia a otros cuerpos el material de una vela para unirse en reclamos y peticiones desde sus propias urgencias.
Este ritual del prendido y la vigilia que abre la exposición se despliega en un segundo ámbito donde se muestra el proceso de elaboración de la tradición de las velas de sebo que es propia de Nacajuca, Tabasco, México, y que está centrada en la cosmovisión del pueblo maya yokot’an de guiar a las ánimas de los difuntos en el Día de Muertos. En esta sala se presenta además la obra 'Tu Luz 'de Jayro Arias Arias, originario del poblado Guaytalpa.
Una tercera sala está destinada al cultivo del humo, material que permite registrar, teñir, escribir y, en definitiva, un trazado que sale directamente de la energía del fuego, un trazo que transfiere instancias de luz. En la sala también se encuentra una estructura de tela que ha sido teñida con bejuco y sirve como soporte donde la materia se convierte en símbolo y escritura.
En un último ámbito se presenta la obra 'Ocama Aracoel', que en lengua taína significa ‘Escucha a la ancestra’. Se trata de un dibujo con tinta de humo sobre muselina que surge de designar reverencia y ofrendas a Caguana y Tanamá, espacio y río sagrados, de Borikén (Puerto Rico). Como extensión de este último ámbito se ofrece un mapa-ensayo en el que la curadora ofrece una mirada retrospectiva a una década de Escuela de Oficios y que se pone en diálogo con diferentes de sus obras, entre las que se encuentra la alfombra de tejido de enea que forma parte la Colección de TEA de 'La nébula en el medio' (2017); 'Mitología Lareña: Acerca de la montaña de Torrecilla' (Cuentos del camino) (2018-2019), la cual es parte de la colección del Instituto de Cultura Puertorriqueña , y 'Esperando el momento en que guarde luto' (2006).
La práctica artística de Jorge González sirve como plataforma para la recuperación de la cultura material boricua, en un intento por crear nuevas narrativas entre lo indígena y lo moderno. En 2014 fundó Escuela de Oficios. Su trabajo ha sido expuesto internacionalmente, incluyendo presentaciones individuales en el Instituto de Cultura Puertorriqueña y en Embajada, San Juan; International Studio and Curatorial Program, Nueva York. Su trabajo también ha sido incluido en exposiciones en Los Angeles Contemporary Exhibitions y el Whitney Museum of American Art, Nueva York, y en la documenta 14. González fue becado del Vera List Center 2020-2022. Igualmente, durante ese tiempo funge como becario de la Puerto Rico Arts Initiative, un programa respaldado por Northwestern University y University of Texas-Austin y en 2022 recibió una beca de United States Artist. Actualmente, González contribuye como artista de la decimosexta edición de la Bienal de Sharjah.
Michy Marxuach, que cree en hacer, experimentar y rehacer mientras practicas experiencias ancladas en un territorio, cuestiona la jerarquía de los conocimientos académicos y dominantes que ignoran formas más alquímica de conocimiento. Le interesa aprender de los procesos de mediación y negociación que adelantan visibilidad y agenciamientos para la diversidad. En 1999 fundó M&M Proyectos, un espacio alternativo que dirigió hasta 2005 dedicado a fortalecer la producción de arte contemporáneo en Puerto Rico y su participación internacional. Fue directora creativa de los eventos Puerto Rico ‘04 [Homenaje al Mensajero], Puerto Rico ‘02 [ En Ruta] y Puerto Rico ‘00 [Paréntesis en la Ciudad]. Organizó exposiciones en la Fundación Joan Miró, Barcelona; Ex Teresa, México; Museo de Arte Moderno de Santo Domingo; y el Museo de Arte de Puerto Rico, entre otros. Entre 2005 y 2008, Marxuach se dedicó a la restauración y el rediseño de una estructura histórica en el Viejo San Juan, que se convirtió en el hogar del programa Beta-Local, dedicado a apoyar y promover prácticas culturales y el intercambio de conocimientos transdisciplinarios.
Entre los trabajos que ha realizado cabe destacar el taller 0Species plantarum0 ver sin ser vistos (celebrado en TEA en 2017), el comisariado de 0Una cierta investigación sobre las imágenes0 (TEA, 2017) o el seminario taller con Diego del Pozo vinculado a la muestra 'Para que haya fiesta tiene que danzar el bosque' (TEA, 2022). Además de ello, conceptualizó el programa de residencia de Arte y Ciencia en Para la Naturaleza (Puerto Rico. 2023), el Instituto Cisneros del MoMA le encargó y organizó en colaboración con el curador Mauricio Marcin, 'El Canto de la Yerba Bruja' y realizó un taller de investigación experimental que explora prácticas artísticas contemporáneas centradas en el medio ambiente, la ecología y las tradiciones.
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