El anochecer poseía un clima extraño, llovía pero hacía calor, y una veintena de oídos ávidos de satisfacer su curiosidad musical se reunían en el Equipo Para, para la cuarta edición de las In & Out Impro series.

En esta ocasión, la transformación del silencio de la sala estuvo de la voz Yexza Lara, las manos de Carlos Costa al contrabajo y el control de la síntesis digital de Manolo Rodríguez. El desarrollo de la improvisación fue una constante transgresión de las estructuras rítmicas habituales, llegando incluso a sostener la repetición únicamente por suspiros.

 

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Algunas de las progresiones suponían un paso de sonidos naturales, como el viento y el canto de pájaros, a pulsos de eléctricos que invitaban a pensar en una cierta percepción de elevación hacia el espacio. También se podían apreciar estos recorridos en sentido inverso, desde los 0 y 1 emitidos por un router a uno de los clímax de la improvisación, Yexza Lara apoyando y frotando el micro en el suelo, generando sonidos que parecían los latidos de un corazón prenatal.

Al final de la sesión, los asistentes tenían cara de haber satisfecho el propósito para el cual habían acudido: Una actuación musical con un poder de sugerencia capaz de transmitir sensaciones tan antitéticas como el extraño clima de aquella noche santacrucera.