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Acerina amaror the last animal

Acerina Amador: "'The last animal' es un desafío a la actualidad"

Acerina Amador ofrece el próximo miércoles, 13 de noviembre a las 20:00, en el Teatro Leal de La Laguna su nuevo espectáculo performativo. Un impactante proyecto multimedia que a través de diferentes artes como el vídeo, la danza y la palabra promete ser una experiencia transformativa.

La sinopsis con la que Acerina presenta 'The Last Animal' es a todas luces un sugerente resumen que no podemos más que calificar como fascinante.

En un entorno distópico y futurista, 'The Last Animal' presenta el encuentro entre un holograma y el último animal del Planeta. De esta relación surge una conversación insólita que, además de conmovernos y hacernos reír, nos invita a cuestionar la naturaleza de nuestras certezas sobre el tiempo y el espacio, la realidad y la ficción, lo micro y lo macro, en la constante persecución humana por alcanzar una trascendencia cada vez más alejada del cuerpo.

Ante esta tentadora expectativa nos decidimos a hablar con la artista y preguntar por algunas pocas dudas sobre su próxima actuación, cuyas entradas están a la venta a través de este enlace.  

Lagenda.- Llegaste a estrenar esta obra allá por diciembre de 2023, pero decidiste cambiarla, seguir investigando y madurarla ¿Cómo te sientes ante este nuevo proceso?

Acerina Amador.- Pues estoy muy contenta por sentir que he llegado a donde tenía que llegar, saber que ha merecido la pena el esfuerzo de reescribir y haber repensado la obra. El texto es el mismo, la coreografía es la misma. Es una cuestión más de cambios en lugares donde suceden cosas que del contenido en sí.

L.- En 'The Last Animal' combinas recursos multimedia con la danza y te atreves con aspectos filosóficos a través de lo que defines como un universo poético. ¿Conectas estas disciplinas para un fin en concreto?

A.A.- Sabemos que está todo muy mal, por eso presento esta obra como una ficción, es un desafío evidente y constante a la actualidad y para darle sentido debe existir una carga poética, es un recurso necesario y deliberado.

L.- ¿Crees que de esta forma has hecho que el argumento sea más accesible?

 A.A.- En realidad he aumentado la abstracción. En algún momento me di cuenta de que tenía que tener una visión diferente a cómo lo había imaginado, el tema es muy complejo y la obra ofrece una complejidad en la que por ejemplo se superponen momentos diferentes en el mismo espacio, es parte de la escena y de la propia obra.

L.- Y ante estas complicaciones o dificultades escénicas ¿Crees que son también un nexo para plantear las preguntas que llevas al argumento?

A.A.- En 'The last animal' se habla de la identidad, de la vida y de la muerte, de la convivencia con presencias no humanas en una sociedad donde nos cuesta mucho escuchar lo que nos rodea y que nos hace ajenos a la naturaleza, a los animales, a otras realidades no conscientes, y a identidades 'no vivas' a las que intento darle voz. Estamos en conflicto con el hecho de ser animales, porque los animales mueren, envejecen, enferman, pero también sienten amor, sienten alegría. Nosotros queremos sólo un lado de la animalidad, pero obviamente la animalidad es todo. Estamos peleados con una de esas partes.

L.- Una de estas entidades no vivas es la presencia de un holograma, que nos lleva a un tema tan de actualidad como es la Inteligencia Artificial ¿De qué forma la incluyes en la obra y cómo te sientes ante ella?

A.A.- La Inteligencia Artificial asusta, da miedo pensar que es un medio que nos lleva hacia lugares separados del cuerpo. En la obra exploro esa dicotomía para contrastar a la humanidad. Hemos arrasado el planeta y seguimos aferrados a una existencia en la que no queremos morir, ni envejecer. Nos gusta el amor, la alegría y nos quedamos con el bienestar que nos produce.

L.- Se nos ocurre pensar que a pesar de que llevas un tiempo madurando esta obra, el argumento podría ser como un ser vivo y que quizá vuelvas a repensarlo o modificarlo en el futuro. 

A.A.- Las piezas se terminan con el público y después de haber podido hacer 30 representaciones, pero es una realidad que no siempre se puede llevar a cabo porque hoy en día no hay suficientes oportunidades ni escenarios para ello. En 10 años quizá he podido representar una de mis obras unas 50 veces. Si las piezas rodaran como tuvieran que rodar, cambiarían de forma natural gracias al contacto con el público, se ajustarían cosas que solo descubres con el encuentro repetido con este. De todas formas una pierde el control de lo que le pasa al otro una vez estrenada la obra.

L.- ¿Y qué esperas del otro? ¿Cómo esperas que nos afecte al público?

A.A.- Creo que es una obra emotiva, divertida y sensible. Desde la emoción y el pensamiento me encantaría que inspirara a la acción, a que nos pongamos a trabajar juntas en alimentar la trama de la vida, esa que está desnutrida. Y que no fuera tanto por miedo a lo que ya está aquí, los incendios, la falta de agua, la inseguridad alimentaria, las inundaciones; sino por amor. Por amor a lo vivo, a este espacio tiempo donde compartimos con todas estas especies compañeras. Y busco también que nos preguntemos cómo activar el músculo de hacer juntas para renacer. En mi obra 'Refugio' exploraba diferentes posibilidades, aquí seguimos ahondando en la pregunta.

L.- ¿Y crees que hay respuestas que puedan resolver esa pregunta?

A.A.- Claro, porque hay un 'post' un Post 'The last animal' en el que espero que nos preguntemos sobre cómo hacer las paces con 'lo vivo', sobre cómo reconciliarnos con lo que sabemos, sobre cómo poder perdonarnos sabiendo que seguimos tolerando el exterminio tanto de lo animal como de lo no animal, los palestinos, los indígenas, sobre cómo cargar con el peso de la extinción.  

L.- Se nos ocurre que activar el ecofeminismo, uno de los puntos fuertes en tu trayectoria, es que como mujer estás más capacitada o sientes más responsabilidad en cuanto al cuidado, de los demás y del planeta.

A.A.- Las mujeres no somos responsables de cuidar, la idea sería encontrar formas de cuidar juntos. Liberarnos de esas creencias sería un buen camino a seguir. Sí que es cierto que hay rasgos heredados en cuanto al cuidado. Sabemos por los estudios que el machismo asocia el reciclaje a ser pusilánimes. Como que hay un rechazo al cuidado como rechazo a la feminidad.

L.- ¿ Cómo llegaste a la conclusión de que todas estas preguntas se podían trasladar a un proyecto performativo como este? 

A.A.- La obra es parte de mis experiencias, los textos están destilados de mis lecturas, de la comunicación con la gente con la que hablo y a la que escucho, es lo que me rodea y es lo que ha crecido por estar en ese entorno. 

Artículo presentación The Last Animal

Acerina Amador

Acerina Amador es una creadora canaria con proyección internacional. Ha sido artífice de trabajos como 'Placeres Extraños, repito Placeres Extraños' (2008), 'A propósito do Vermelho' (2008), 'Art and Life: Good Work' (2009), dirigida por Deborah Hay; 'Aún Vivas y en Proceso' (2010); 'Les Stripteases de AidiEisidi', donde dirigió a Celeste González (2011); 'Zoom in & Close Up' con Mariana Tengner (2014); 'The Wonder Years' (2015); y 'Refugio' I, II, III (2017, 2018, 2019), entre otros. Sus creaciones se han presentado en contextos internacionales en Francia, Italia, Alemania, Reino Unido, China, Cuba, Sudáfrica, Portugal, México, Tanzania, Nueva York y Colombia, y en lugares como el Center for Performance Research (Nueva York), el Centro Nacional de la Danse (Angers), los encuentros de artistas Skite (Francia) e Interferencias (México), y el festival Impulstanz (Austria), que le otorgó en dos ocasiones la residencia artística Danceweb.

Entre sus colaboraciones con otros artistas destacan trabajos con compañías como 'Superamas' en 'Big Third Episode'; 'Rite of Summer' de Trajal Harrel, presentado en Impulstanz; 'Gracias un Segundo Límite' de Ceice; 'Niños de Bilderberg' de Marco Berretini; y 'Bons sentimentos, Maus sentimentos' de Vera Mantero.