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Lengua de signos y Antropología de la muerte en la UVA’22

El profesor de Enfermería de la Universidad de La Laguna, Alfonso García Hernández, dirige en la Universidad de Verano de Adeje dos cursos para comprender mejor el mundo de la muerte y el duelo. En ellos tratará de normalizar algo tan natural, y sin embargo tan traumático para muchas personas, como es el proceso para lidiar con la pérdida de seres queridos y comprender mejor la propia muerte y sus rituales. “Nuestra sociedad del consumismo y el aprecio por la belleza y la juventud eternas nos aleja del entendimiento de la muerte que sí tienen otras culturas”, señala.

Ambos cursos se imparten en el Centro Cultural de Adeje hasta el miércoles 20 de julio: el primero de ellos, ‘Comunicación, pérdida y duelo’ por la mañana, y el segundo, ‘Antropología de la muerte’, por la tarde. Al matinal se han matriculado tanto personas que quieren tener herramientas para sobreponerse a sus propios procesos de duelo, como personas que quieren saber cómo ayudar a quienes está pasando por este trance personal.

 “Decimos que hablamos abiertamente de la muerte pero no es así. La hemos biologizado y psicologizado mucho, pero haría falta incorporar otras dimensiones, entender cómo se vive emocionalmente, y también desde el punto de vista moral, filosófico y sociocultural. De este modo, una persona que pase por un duelo debe ser consciente de que está en un proceso que es personal y es más que una respuesta biológica, psicológica y social a la pérdida, porque, en el fondo, es la reconstrucción de un mundo de significados que ha sido desafiado por la pérdida”. Eso genera respuestas emocionales, conductuales y simbólicas que desembocan en diferentes pérdidas: duelos adaptados, desadaptados, traumáticos e incluso espirituales. “En el curso tratamos de que, por lo menos, identifiquen la sintomatología que haría necesaria la ayuda externa, frente a la que indique que se puede sobrellevar el duelo personalmente. Y, sobre todo, comprender que es algo natural al ser humano porque todos perdemos en algún momento”.
García Hernández indica que es difícil fijar qué tiempo es el necesario para pasar un duelo, entre otras cosas porque todo va a depender en gran medida que que se haga con ese tiempo.

“Pero es cierto que en las fases iniciales, en algunos meses la persona ya debería haberse reincorporado a su vida natural, independientemente de que todavía sufra dolor. La muerte es un acontecimiento que viene a cambiar nuestras vidas y, según lo trabajemos, iremos avanzando. Es importante no ocultarlo como tabú e incorporarlo como un elemento de vida. En cuenta a las personas que deseen ayudar a otras en sus procesos de duelo, deben conocerse a sí mismas y a sus propias pérdidas; entender cuáles son todos los rasgos que se dan de sintomatología biológica, cognitiva y conductual; saber qué lesiones ocasionan las pérdidas si no son cuidada; y, en general, ver qué acciones pueden acometer para ayudar a las personas que están en esos patrones de duelo".

En cuanto al curso sobre Antropología, aborda todos los rituales y comportamientos de las diferentes sociedades del mudo en torno a la muerte. Contrariamente a lo que podría pensarse, sobre este asunto no hay elementos comunes y cada sociedad es muy diferente en cómo afronta la muerte. García, de hecho, recuerda que un antropólogo intentó clasificar los diferentes rituales relacionados con la muerte y cuando llegó a los 800, decidió que no había manera de hacerlo.

 “Tampoco tiene que ver con las religiones; es cierto que algunas de ellas invitan y concitan a que haya un entendimiento del morir, los muertos, las almas y la trascendencia de una manera particular, pero las culturas están por encima de las religiones”.


 
El curso recorrerá los espacios relacionados con la muerte más allá de los cementerios, como los memoriales y los elementos de mediación para construir significados relacionados con el muerto, como los tatuajes. Y se reflexionará sobre cómo todo ello tiene que ver con el recuerdo, la memoria y cómo mantenerla. Se darán, además, ejemplos particulares, como las ya célebres festividades en torno a la muerte típicas de México, o prácticas como las de las Islas Célebes en Papua Nueva Guinea, donde el fallecido sigue conviviendo con los vivos hasta que resuelve todos los asuntos relacionados con la herencia y se le entierra, lo cual puede prolongarse meses. “Muy diferente a lo que hacemos nosotros, con una evacuación rápida en menos de 24 horas”.

Cuando las manos se convierten en lenguaje. 

La XXIX edición de la Universidad de Verano de Adeje está llevando a cabo además el taller práctico de Lengua de Signos con el que se pretende que el alumnado tenga una primera toma de contacto con dicha lengua, la cual está reconocida como lengua oficial en España desde el año 2007 y es la utilizada por las personas sordas signantes o la comunidad sorda.

En este sentido, la directora del taller, la doctora y profesora del departamento de Didáctica e Investigación Educativa de la Universidad de La Laguna, María del Carmen Rodríguez Jiménez, ha detallado que “no solamente la usan las personas sordas o con discapacidad auditiva, sino también las personas que presentan sordo ceguera, la infancia que presenta trastorno del espectro autista o parálisis cerebral infantil, es decir, esta lengua abarca a un gran número de personas que la utilizan en su día a día para poder interactuar con el resto de las personas que les rodean o con la sociedad en general”.

Seguidamente, la experta aseguró que la lengua de signos está presente en muchos escenarios de la vida cotidiana, un ejemplo claro se aprecia en la televisión o en muchos actos públicos, donde ya se incluye a la figura del intérprete. 

En cuanto al ámbito educativo, la profesora explicó que “hay niños y niñas que llevan prótesis auditiva y se defienden bien dentro del aula, sin embargo hay otros que no pueden hacer uso de esas prótesis auditivas o del implante coclear y entonces sí necesitan la figura del intérprete de lengua de signos en el aula, por lo que cada vez se hace más visible la figura de este perfil profesional”

Dentro de esta línea, la profesora matizó que “habría que plantearse lo que ya ha hecho la comunidad catalana, implantar la lengua de signos como una asignatura más en los colegios, una optativa como son los demás idiomas que se enseñan (inglés, alemán, francés, etc)”.

"En Canarias hace muchos años que la Consejería de Educación tiene la figura de los intérpretes en secundaria, bachillerato y también en la Universidad. En infantil y primaria se encuentra la figura del asesor sordo, para que el alumnado se pueda identificar con sus iguales, pero sí sería importante que desde infantil, los niños y niñas que no pueden tener una audición normal o no pueden llevar prótesis o implantes porque no se adaptan a su necesidad, cuenten con la lengua de signos como herramienta comunicativa y en el caso de que sí pueda llevar dichos implantes, se debería valorar la lengua de signos como otra vía de comunicación”.