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Raphael: el más moderno de los modernos

Todo el mundo sabe algo de Raphael. Y es que con casi 60 años de escenarios a sus espaldas se ha ganado a pulso la fama que tiene no solo en nuestro país sino también en el resto del planeta. Su afición a vestir de negro, sus aparatosos ademanes al cantar y su sonrisa hiperbólica forman parte de la tradición iconográfica, del mismo modo que muchas de sus canciones se han incorporado a la memoria colectiva. De todas formas, vamos a desgranar en este artículo algunas de las típicas curiosidades sobre el artista de Linares. Porque a nososotros lo que nos va, en el fondo, es la chinchorrería, lo anecdótico. Si buscan análisis sesudos sobre lo que sea, aquí no es.

La pe y la hache

En realidad Raphael se llama Miguel Rafael, de apellidos Martos Sánchez, pero el mundo le conoce desde 1961 con una 'ph' muy llamativa. La explicación oficial es que el cantante decidió adornar su nombre artístico con ese dígrafo vistoso como homenaje a su compañía del momento, Philips. De hecho, en algunos discos se rizó el rizo con una variante todavía más sofisticada, Raphaël, una idea que felizmente abandonó enseguida. En 1966, él mismo achacaba la decisión a un simple «efecto publicitario» y prefería vincularla al latín: «Nadie habrá tomado a mal este injerto latino en quien, como yo, tanto cantó en latín desde los cinco años, formando parte de la Escolanía del Colegio de San Antonio de los Padres Capuchinos», declaró.

«Hasta que no vaya al festival una canción que diga 'fa, fa, fa' o 'fu, fu, fu' o 'la, la, la', nunca ganaremos, porque el idioma nos distancia de los europeos»

La profecía de Eurovisión

Raphael representó a España en el Festival de Eurovisión en dos ediciones consecutivas: en 1966, en Luxemburgo, con 'Yo soy aquel' y en 1967, en Viena, con 'Hablemos del amor'. Quedó en séptimo y sexto puesto, respectivamente, pero parece que la experiencia le sirvió para hacerse una idea de los resortes que movían el concurso. Se negó a acudir por tercera vez con el argumento de que la barrera idiomática suponía un obstáculo para su triunfo, porque lo único que contaba en esa batalla eran las melodías pegadizas: «Hasta que no vaya al festival una canción que diga 'fa, fa, fa' o 'fu, fu, fu' o 'la, la, la', nunca ganaremos, porque el idioma nos distancia de los europeos». En 1968, por supuesto, el 'La, la, la' compuesto por el Dúo Dinámico e interpretado por Massiel se alzó con el triunfo.

 

El programa de Tom Jones

Raphael apareció en programas extranjeros de televisión como el show de Ed Sullivan, el de Petula Clark o el de Tom Jones. En su visita a este último, emitida el 15 de enero de 1970, interpretó a dúo con su anfitrión el clásico country 'Ghost Riders In The Sky'. Antes de cantar, los dos vocalistas mantuvieron el siguiente diálogo cómico, que aludía al gran rival de Tom Jones, Engelbert Humperdinck.

–Dime una cosa, Raphael, ¿por qué nunca usas tu apellido?

–Oh, es que suena demasiado tonto.

–Vamos, puedes decírmelo, no me voy a reír. (Raphael le susurra algo al oído y Tom hace un gesto de estupefaccion)

–¿¿¿Raphael Humperdinck???

Por fortuna, el diálogo y la excelente versión se conservan en internet. Y para cosas como esta la pagamos.

El éxito en Rusia

El artista conserva una fiel masa de seguidores en Rusia desde hace cinco décadas. El estreno de la película 'Digan lo que digan' en la URSS en 1969 preparó el ambiente para las primeras actuaciones en Moscú y Leningrado, dos años después: «Estaba algo lejos y no había relaciones diplomáticas», ha recordado el cantante. El periodista Tico Medina ha contado en alguna ocasión que, en la capital rusa, le llegaron a pedir un autógrafo en su condición de amigo de Raphael.

El cura mexicano

Fue un cura mexicano el que le casó en México con Natalia Figueroa, su mujer con la que lleva toda la vida (o eso nos parece a nosotros). Y, casualmente, fue el mismo cura que casó 30 años después a la hija del matrimonio. Como no tiene suficiente faena con el artista, también es el encargado de celebrar la misa anual con la que sus fans mexicanos conmemoran su cumpleaños.

Jefe de la tribu indie

«Yo he sido indie antes de que el indie existiera». Así de rotundo se mostró el de Linares cuando se conoció su participación en el Festival Sonorama en 2014. Y es que en los últimos años se ha convertido en el cabecilla, el ídolo y el jefe de esa tribu de modernos. El idilio se materializó en 2016, con el disco ‘Infinitos Bailes’, que contaba con colaboraciones, entre otros, de Iván Ferreiro, Mikel Izal, Vega, Bunbury, Vanesa Martín, Dani Martín, Rozalén o Funambulista. Ha grabado en español, italiano, francés, inglés, alemán, e incluso japonés (el vídeo con el que terminamos este artículo). Ahora gira de nuevo con un espectáculo en el que combina lo sinfónico con lo electrónico para darle una vueltita a sus éxitos de siempre. ¿Otro pelotazo de Raphael? Qué sabe nadie.