La Sinfónica de Tenerife ha agotado las entradas para el concierto de este viernesen el Auditorio de Tenerife, y que supone el cierre de la primera parte de la temporada.
El director principal de la formación tinerfeña, Antonio Méndez, se pondrá al frente de un concierto que ofrecerá un recorrido por el romanticismo alemán con la interpretación -bajo la vigente fórmula orquestal reducida- de la Serenata nº 1 en Re mayor, op. 11, de Johannes Brahms y Sinfonía nº 3 en Mi bemol mayor Renana, op. 97, de Robert Schumann.
Johannes Brahms compuso en 1858, durante su etapa en la corte de Detmolt, Serenata nº 1 en Re mayor, op. 11 para un conjunto de flauta, dos clarinetes, fagot, trompa y cuarteto de cuerda; versión que reescribiría según los consejos de Joseph Joachim para un formato sinfónico. La partitura posee un cuerpo ecléptico, con reminiscencias a autores anteriores, de hecho en los primeros compases, la trompa presenta claras evocaciones a la escritura musical de Haydn.
Las formas y el lenguaje armónico del autor teutón en esta composición también evocan a Mozart, concretamente en los minuetos, aunque sin abandonar el ideal romántico que envuelve su obra. El adagio, considerado como el punto culminante de esta pieza, se trata de un pasaje rico en la presencia tanto de maderas solas, como de sus diferentes combinaciones.
Robert Schumann compone Sinfonía nº 3 en Mi bemol mayor Renana, op. 97 en 1850, apenas unos años antes de su fallecimiento en 1856; y cuando comenzaba una nueva etapa profesional en Dusseldorf. Cronológicamente esta composición corresponde a su última sinfonía y predominan una serie de elementos sonoros tradicionales. Este carácter melódico, e incluso folclórico, lleva a esta partitura a cosechar una rápida popularidad.
La estructura en cinco movimientos, comienza con un tema muy vital, un ritmo sincopado y con forma de fanfarria. Los tres movimientos centrales evocan diferentes escenas en la naturaleza y estados de ánimo; para penetrar posteriormente en la relajada atmósfera del Scherzo e Intermezzo. El cuarto movimiento es un homenaje a la finalización en los trabajos de la Catedral de Colonia, en construcción desde 1248; concluyendo en un coda que recuerda a la energía sonora del primer movimiento, con un ritmo y clara articulación musical que aporta sensación de ligereza.
El director principal de Sinfónica de Tenerife desde la temporada 2018/2019, Antonio Méndez, es uno de los conductores más solicitados y consolidados de su generación, estableciendo estrechos vínculos con las orquestas más importantes de Europa. Ha dirigido a orquestas de la escena internacional como Tonhalle-Orchester Zürich, Symphonieorchester des Bayerischen Rundfunks, Mahler Chamber Orchestra, Rotterdam Philharmonic, Danish National Symphony Orchestra, hr-Sinfonieorchester, Royal Stockholm Philharmonic, Staatskapelle Dresden, Scottish Chamber Orchestra, Los Angeles Philharmonic o la Orchestre Philharmonique du Luxembourg.
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