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Capsula - herofest 2022

Meridiano Sónico: Herofest 2022

Un año más el municipio de La Frontera en la isla de El Hierro acogió una de las iniciativas más valiosas de la isla del Meridiano. El festival Hero Fest, que se celebró el pasado fin de semana y que se desveló como uno de los encuentros musicales más originales e interesantes del circuito de festivales en las Islas Canarias. El evento, que contó con bandas nacionales, internacionales y locales, contó con los apoyos del Ayuntamiento de La Frontera, Cabildo de El Hierro, ICDC Instituto de Desarrollo Cultural del Gobierno de Canarias y Promotour.

Nuestro corresponsal eventual, Carlos Robles, nos cuenta cómo vivió y disfrutó de esta singular experiencia. 

Meridiano Sónico: Herofest 22

La quinta edición del festival herreño celebrada nuevamente en el municipio de La Frontera los pasados 9 y 10 de septiembre se saldó con un nuevo éxito en la propuesta cultural y artística y en la creciente capacidad de llamada del público local y foráneo. Mimado hasta el último detalle por el equipo de Ícota Producciones liderado por el incombustible Ale, Herofest es la mejor demostración de cómo se puede organizar un festival heterogéneo, con una línea cultural y musical propia y definida, capaz de sobreponerse a cualquier desafío que la doble insularidad pueda suponer. Herofest está sabiendo convertirse en punto de encuentro de quienes buscan ese equilibrio entre cercanía en las dimensiones y las distancias, una propuesta heterogénea y amplia en el espectro musical, sin necesidad de hacer ninguna concesión extraordinaria, y la simple reivindicación del ocio y el entretenimiento como razón de ser y existir, alejada de postureos instagramers.

un festival heterogéneo, con una línea cultural y musical propia y definida, capaz de sobreponerse a cualquier desafío que la doble insularidad pueda suponer

La primera jornada, la del viernes 9, apostaba por la fusión de estilos y géneros: del jazz al folk y/o la experimentación más vanguardista. Zumurrud arrancaban los directos de esta nueva edición del Herofest con una potente apuesta por un free jazz que interactúa con el folk y toques de (post) rock. La banda radicada en Gran Canaria, que presentaban álbum de debut homónimo el año pasado, conecta con el espíritu libre, inquieto y heterodoxo de un John Zorn sin desmerecer en la capacidad de defender con maestría técnica su repertorio en directo. Precisamente, Zorn, y lo que representa en el paisaje sonoro iconoclasta, rupturista y de absoluta vanguardia de una urbe como Nueva York -vía Barcelona- y lo que supone en el imaginario colectivo de la (post) modernidad, conecta directamente con lo que Los Sara Fontán transmiten cada vez que se suben a un escenario. Por mucho que Sara y Edi se empeñen en rechazar cualquier posibilidad de grabar en estudio, sus directos vienen a ser una experiencia de estudio sin necesidad de estar en él, la perfecta deconstrucción del proceso habitual de la industria musical. Sus canciones crecen en el directo como una experiencia única, temas con aura, en un dúo que transmite el aprecio por lo que hacen y el detalle de todo lo que les rodea, hasta el punto de plantarse con una composición especial dedicada a la isla que los acogía. Muy grandes. Los directos del viernes concluían con otra apuesta por la vindicación del folklore desde una óptica contemporánea y de vanguardia, en este caso la revisión poliédrica del folklore musical canario que realizan Piedraviva. El proyecto de revisión y homenaje a la cultura insular que lleva a cabo Don Juan León, personaje clave de la escena grancanaria de las últimas décadas, representa un esfuerzo inconmensurable por acercar y unificar códigos y tradiciones. Un trabajo hercúleo, bien flanqueado por la voz de Carmen Rodríguez y el timple de Iván Hernández, que emociona al escuchar los ritmos de Sabinosa digitalizados y los versos de Pedro García Cabrera sonorizados. Piedraviva es un punto de inflexión en el panorama insular, un eslabón de una cadena que todos deberíamos, de alguna manera, fortalecer. 

En la jornada del sábado 10 y una vez superadas las restricciones pandémicas de la edición del año pasado, podíamos disfrutar de toda una serie de actividades vinculadas a la propuesta musical del festival. La mañana del sábado, con MCR Selector ejerciendo de DJ de continuidad (con meditado repertorio como suele ser habitual), el jardín de los apartamentos Frontera servían para servir de punto de encuentro para las charlas sobre medioambiente de la Fundación Canarina o la inauguración, con palabras introductorias del gran Diego Hernández, de la interesante iniciativa de Javi Felipe, uno de los grandes cronistas visuales de la escena canaria, con el título de 'Rock&ellas', y con el diseño de Max Mala, la exposición fotográfica de más de 40 músicas de las islas, llevaba a reflexionar sobre la necesaria visibilización de quienes han estado y están y que, en tantas ocasiones, quedan ensombrecidas, voluntariamente o no, por la cultura del “mucho muchacho” que siempre ha rodeado a la música popular contemporánea de dentro y fuera de nuestras islas.

También presentes estuvieron en esta edición Vicente Martin y Lola Atienza para grabar un especial del programa decano de la música en Canarias, En Bandeja de Plata, con entrevistas a las bandas y artistas participantes en la presente edición. Sin restricciones, además se pudo recuperar la tradicional comida de convivencia, antes de dar paso a las actuaciones de tarde en el jardín de los apartamentos. El primer set corrió a cargo de Rubén Padrón AKA Tal!!!, quien presentó en formato one-man-band (traducido “yo me lo guiso, yo me lo como”) su propuesta de variado espectro, que juega a la composición pop de toda la vida sobre sampleos y guitarrazos que circula por el minimalismo emocional y, en ocasiones, humorístico, pero que pone firmes con temas como'El dedo de Dios'. Tras la cancelación por fuerza mayor del esperado concierto de Fajardo, la responsabilidad de cerrar y completar la siempre especial atmósfera de sobremesa del jardín recaía en Dani Álvarez AKA Best Niagara, y vaya que sí cerró y completó. En el momento en que concluía con una versión (correctísima) de Fajardo, ya había sentado cátedra (por segunda vez en el Herofest) con el arrullo de su acústica y esa voz que canta sobre posibles imposibles. Cuando sonó `El muro de agua' hasta las moscas se pararon a escuchar.

El cierre de tarde-noche se trasladaba de nuevo a ese entorno perfecto para garantizar buena escucha, cercanía y comodidad que es la plaza de Frontera. Tal y como hacía en la jornada del viernes, Carballeira daba una “masterclass” de cómo ofrecer una continuidad musical coherente desde la mesa de mezclas, mientras nos encomendábamos a un cierre que prometía y cumplió. Arrancaron los directos con otro héroe de la escena grancanaria, el legendario Domingo Alemán y sus Sunday German Flowers que pusieron el perfecto aperitivo para un sábado de gloria. Arropado por Manolo a la batería, Iván Marrero a la guitarra y el añadido al bajo de Tete Ferrera, Domingo & co, ofrecieron un hipnótico set de rock repetitivo, “krautístico”, elegante en la ambientación electrónica que, tal y como coincidía con un amigo al final, sería lo que podrían estar haciendo The Velvet Underground si hubieran decidido comprar una casa en Las Canteras y descargarse un Logic Pro Audio. ¡Arribadello!. Saboreado el pata negra, tocaba descubrir la frescura de la apuesta de esta edición de Herofest, y es que todo festival de cercanías que se precie debe ofrecer una revelación de esas de “yo estuve allí”. Y este año el Herofest se marcó el tanto de apostar por los mexicanos ACTY. En formato trío, los de Hidalgo son una de esas experiencias de directo únicas. Con la frescura hiriente de unos primeros Triángulo de Amor Bizarro y la capacidad de construcción rota y envolvente de los mejores momentos de Protomartyr, ACTY, por juventud y capacidad de renovar lenguajes y espacios una y mil veces transitados, son una apuesta de presente y futuro. Alguien está tardando en pillar el management para España y/o Europa. El tiempo dirá.

Con la atmósfera caldeada a la perfección por el set de ACTY, la presencia de Cápsula en el Herofest servía de enlace perfecto para reivindicar, tal y como Martín le decía al público, el rock como sentimiento de comunidad y cultura del baile y del disfrute. Cápsula son una banda veterana y curtida, que han sabido ir tejiendo un set redondo, ideal para gustar a minorías y mayorías. Su apuesta por el garage rock de tintes psicodélicos y fuzztonianos, se adereza con una sección rítmica demoledora a cargo de Coni al bajo y Álvaro a la batería. Una invitación hedonista de amplias miras que sabe tocar varios palos de la baraja con habilidad, como demuestra la inteligente selección de versiones de The Lords Of The New Church a Bowie, pasando por los argentinos Sumo. Cápsula son caballo ganador en cualquier festival que celebre la vida.

Después de tanta aceleración guitarrera y bailable, GAF y La Estrella de la Muerte, pusieron el perfecto contrapunto para acompañarnos hacia el cierre del festival. Curtidos en mil batallas, se podría hacer referencia a las atmósferas psicodélicas, los ritmos envolventes, los crescendos sónicos, pero quien esto firma prefiere quedarse con la experiencia (y el convencimiento) de ver cómo GAF y La Estrella de la Muerte construyen canciones como la copa de un pino, de esas que, sea cual sea su duración, se te hacen cortas. 

 

Una crónica de Carlos Robles 

Fotos:  Javi Felipe