‘piedra papel tijera’

Info

"Es muy probable que esta exposición no necesite el
acompañamiento de este texto dado que no nace desde
él. No surge de las palabras, no está curada en ese
lugar.

Hace aproximadamente un año asistí al taller que
impartió itziar okariz “Las palabras me fallan” en
TEA. Nos propuso un ejercicio basado en “Las
estatuas”, una acción en la que la artista mantiene
conversaciones en voz alta con diferentes
esculturas. A priori, no encontré dificultad alguna
ante su encomienda, así que me dispuse a ello. De
mi boca no salió ni una sola palabra, no fui capaz
de abandonar la posición en la que mi cabeza negaba
la posibilidad de comunicarme de ese modo con
aquellas formas.

Ese modo era mi problema, ese modo quizás debió ser
otro modo.

Aproximarnos desde la palabra (nuestra herramienta
más habitual para leer mundo) al objeto nos ubica
en una posición de clara desigualdad. Desequilibrio
de poder en el que el objeto, la cosa, nos aplasta,
nos puede dado que no responde ni nos ofrece nada.
Se produce un desplazamiento de fuerzas en el que
la palabra-relato no sirve a nuestros fines de
control-dominación.

Aprehender mundo parece requerir hoy de otros
instrumentos, otras estrategias, otros modos de
relación. Imagino Aquel artista topándose con la
roca de rostro ahuecado y contornos suaves,
alzándose a sus brazos para comenzar a definir una
identidad-cosa.

Recuerdo el día en el que dejé que me tocara el
Árbol con rama verde.

¿Cómo se comunican las cosas? ¿Cómo hablan las
cosas con las cosas? ¿Qué frecuencia utilizan? ¿Qué
se dicen? ¿Querrán transmitirnos algo? ¿Qué algo?...

Un gesto.

Parece más sencillo retroceder un poco en nuestro
ser-constructo. Como niños en un juego, un juego de
manos en el que una mano-extensión-cuerpo, la misma
mano que hace, puede ser mano-piedra, mano-papel o
mano-tijera.

Una piedra -materia dura- queda envuelta por un
papel -materia débil-. Un papel, cortado por una
tijera. Una tijera aplastada por una piedra.
Tensiones matéricas. Y así, en eterno bucle.

Un Alguien, quizás prima, probablemente hermana, me
obsequió (una piedra hubiese bastado) con un libro
de carlos drummond de andrade para que así fuese
conmigo algo de su Minas Gerais. Lo corté. Solo he
leído sus dos primeros versos:

  Tenho apenas duas mãos
  e o sentimento do mundo,

Ahora sí. Me sobran las palabras."