'Tímbrica exquisita' concierto de órgano

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La versatilidad tímbrica y dinámica del gran órgano sinfónico

Partiendo de la figura omnipresente del genio barroco Johann Sebastian Bach con uno de sus preludios y fugas, Fheodoroff nos adentra en el romanticismo de la mano del germano Felix Mendelssohn, pero no a través de sus sonatas para órgano, no, sino a través de transcripciones de piezas tan famosas como la solemne obertura del Oratorio Paulus, del alegre y desenfadado Scherzo de El sueño de una noche de verano y de uno de sus Lieder ohne Worte o Canción sin palabras, la op. 19/1, escrita para piano y muy expresiva. Y como buen austríaco y excelente pianista, además de organista, escoge tres famosas piezas del austro-húngaro Franz Liszt, con transcripciones del propio autor una, del gran compositor  y orquestador Max Reger otra y de él mismo la tercera, para finalizar con una partitura de su autoría, el Jubilant. Es la tímbrica variada y exquisita de este órgano lo que le permite acercarse, pues, a los mundos de la orquesta (Paulus y El sueño de una noche de verano) o del piano romántico, tanto intimista y expresivo como en las Consolaciones de Liszt, o en la “Canción sin palabras” mendelssohniana como al virtuoso y brillante del propio Liszt en la leyenda de “San Francisco de Paula caminando sobre las olas”, ofreciéndonos versiones poco frecuentes  pero sin duda atractivas que nos mostrarán una nueva visión de estas partituras, como si las viéramos a través de un caleidoscopio. La obra final suya abre una puerta al futuro, un futuro de la música para órgano, que sin nuevas creaciones se vería abocado a la reiteración y al hastío.

Dra. Rosario Álvarez Martínez