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Era un pregunta frecuente hasta hace unos años, porque el canario no ha sido tradicionalmente un gran comedor de setas, a pesar de las más de mil especies que podemos encontrar tan sólo en la isla de Tenerife. Históricamente -es posible que incluso en épocas precoloniales- los únicos hongos que se consumían eran las nacidas -denominación más común en El Hierro o La Palma- o criadas -más típica en Lanzarote o Fuerteventura-, que resultan ser de forma esférica testicular y que crecen bajo tierra -aunque no tengan nada que ver con la apreciadísima trufa- y que probablemente por eso, por asemejarse más a nuestra querida papa, fuera cocinada como su sustituto en guisos, sancochos o asados. Y partiendo de estas humildes nacidas se daba, en estas jornadas dirigidas por Vicente Escobio, de la Sociedad Micológica de Gran Canaria, con la ayuda de Domingo Chávez y Janira Gutiérrez, de la Sociedad Micológica de Tenerife, una respuesta rotunda a la pregunta original. No sólo hay setas -centenares de especies- en Canarias, las hay en todas las islas, en prácticamente todos los entornos, y durante todo el año. Revelando mitos, estas nacidas por ejemplo crecen enterradas en el jable tan común en las islas orientales, un paraje en el que, a priori, no esperaríamos encontrar setas. Pero como repitió varias veces Escobio, a poco que llueva en condiciones y haga algo de calor, crecen las setas, lo que sí que hay son hábitas mejores para unas u otras. Y a esto precisamente, a repasar los variados ecosistemas -jable, castañar, pinar, prado, monteverde...- que tenemos en Canarias y los tipos de setas más comunes en cada uno, se dedicó buena parte de la primera jornada de este curso. Al día siguiente, tocó un agradable paseo por La Vica (La Matanza), aunque ya de antemano, porque no había llovido, sabíamos que no encontraríamos mucho género (¡lástima, uno que pensaba llevarse para casa un saco de boletus o níscalos, que por lo visto se dan bien!), pero al final, poniendo todo en común, si que teníamos un cesto. Y en medio de La Vica estuvimos los asistentes practicando con las claves dicotómicas de identificación (vamos, cómo clasificar y reconocer hongos) con los ejemplares obtenidos. En definitiva, unas jornadas de los más instructicas y animadoras para adentrarse en el mundo micológico. Y para terminar, destacar que durante el curso hubo un momento especial para el recuerdo tanto de Pedro Lezacano, fundador de la Sociedad Gran Canaria y hombre que se echaba casi cualquier seta a la boca, como de Mauro Innocenti, micólogo afincado en Tenerife de reciente fallecimiento. II Curso Básico de Micología (con motivo del Mes de la Castaña) Casa de la Castaña y la Alfarería (La Victoria) 30 y 31 de octubre http://www.sociedadmicologicadetenerife.es/ http://sociedadmicologicadegrancanaria.blogspot.com/